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 domingo, 03 de octubre de 2004

Los Adorna pusieron en venta la casa de Funes y se mudaron a Fisherton
Los reacomodamientos después del drama
Tulio sale de la clínica una vez por semana. Su familia explota la agencia de loterías, ahora llamada "Banana"

Delcia Karamoschon / La Capital

Un año después de las muertes de Alberto "Banana" Adorna y su hijo Germán, previsiblemente muchas cosas cambiaron para la familia. Los sobrevivientes ya no viven en Funes. Alicia Travagliante, mamá de Tulio, y Nadia, su hermana, se mudaron a pocas cuadras de la agencia de lotería en Fisherton que ya no se llama "Profeta". Ahora es "Banana", como apodaban a Alberto. Leandro, mellizo de Tulio, trabaja en Entre Ríos para una empresa de fumigaciones. Y Catalina Dártoli, la abuela, luego de pasar por un geriátrico ya no vive con ellos.

El chalé de Funes está a la venta. En San José 2432 se exhibe el cartel de una inmobiliaria. También hay un aviso publicado en Internet con escueto mensaje: "dueño vende". Está valuada en 130 mil dólares y hubo varios interesados que desistieron al enterarse lo que había sucedido en la finca. A mediados del mes pasado los vecinos recuerdan que hubo una fiesta dance que los mantuvo en vela por el elevado volumen de la música. "Había varios autos lujosos en la residencia y para el 21 de septiembre también llegaron varios jóvenes".

Los Adorna ahora residen en Fisherton, cerca de la agencia de lotería de Alberto Adorna. Algunos vecinos situaron la nueva residencia a dos cuadras de la agencia, en una casa de dos plantas con aberturas de madera en Muniagurria al 800. Desde hace un tiempo el local exhibe otro nombre; se llama Banana. Allegados a la familia comentaron que la nueva propiedad fue comprada luego de la venta del yate que era usado frecuentemente por el padre.


El régimen de salida
Tulio sale bajo custodia un día a la semana, va a la casa de una tía que tiene la tutela durante la jornada, ya que la familia directa está bajo observación. Lo visitan algunas amigas con las que suele ir a pasear al Parque España, un lugar que le gusta. También compra ropa en Villa Margarita (Fisherton) donde Alicia tiene cuenta corriente. Algunos conocidos de la familia aseguran que para Navidad pasó las fiestas con su mamá y que lo vieron por Funes el domingo 25 de enero en la clausura del ciclo "Los grandes recitales del verano" donde actuó el cantante Chaqueño Palavecino.

Pregunta por los compañeros que no lo visitan, después de la tragedia se interesó por saber si al tomar asistencia en el colegio empezaban por él ya que era el primero de la lista y sólo repetía a quienes lo visitaban: "Viste lo que le pasó a mi papá". En cuanto a los compañeros del curso, las opiniones son dispares: hay quienes sienten pena, pero también quienes se preguntan si Tulio no pudo llegar a actuar de esa manera frente a ellos, en la escuela, cuando se juntaban a comer un asado o a ver películas en video.

Otros directamente decidieron no verlo más. Las amigas más directas opinan que actuó así porque no estaba en su sano juicio y lo consideran víctima. Por admisión judicial, Tulio terminará sus estudios. Los profesores acudieron a tomarle examen. Aún debe dos materias y al finalizar el ciclo lectivo del año pasado, fue su madre la que recibió la medalla de graduado. Algunos profesores no asistieron porque no estaban de acuerdo.

Para el comisario Pablo Pilotti hubo cambios importantes a partir de la tragedia, entre los que mencionó las charlas sobre prevención de adicciones, la instalación del "buzón de la vida" para denuncias anónimas de quienes venden y comercializan estupefacientes y la ordenanza sobre la prohibición en la venta de bebidas alcohólicas en la vía pública después de las 23. Además aseguró que se intensificaron los controles nocturnos con recorridos por bares y locales bailables.

La abuela, Catalina Dártoli, que también fue herida por Tulio la noche trágica, estuvo en un geriátrico de Funes pero los Adorna le alquilaron una casa cerca de la que ahora ocupan en Fisherton. En el invierno solía visitarlos en la residencia de Funes. Según allegados a la mujer, ella ha comentado que quiere ver a Tulio.

Tulio pasa su tiempo en uno de los departamentos que hay en la clínica donde se encuentra alojado, cuenta con una computadora con Internet y teléfono celular. Algunas personas aseguran que estas comodidades las tenía también en la Jefatura de Policía, primer lugar donde estuvo alojado antes de ser trasladado a la clínica psiquiátrica.

La madre y los dos hijos visitan a menudo Funes, periódicamente cenan en el restaurante de Córdoba (Ruta 9) y Catamarca, propiedad de los padres de la joven que orientó a los efectivos policiales sobre el lugar donde Tulio se había escondido luego de los crímenes. También se comenta que Tulio asiste al restaurante pero no se muestra en público.

Ambas familias mantienen una estrecha amistad. El hermano de la joven trabaja en sociedad con el hermano mellizo de Tulio con quien tiene una maquina para fumigar campos. Trabajan en Entre Ríos pero a Leandro se lo ve por Rosario. Alicia asiste también a espectáculos que se realizan en lugares cerrados de la ciudad.

Esta tarde a las 19, la comunidad educativa del Colegio Nazaret hará una misa para Germán. En tanto el lunes los compañeros van a recordarlo con una oración durante el izamiento de la bandera. Germán este año terminaría los estudios secundarios en esa institución donde también asistía Tulio y su hermano mellizo que no volvió al colegio después de la masacre.

La directora reemplazante, Liliana Tapia, consideró que luego de sufrir tan duro golpe "los alumnos están bien" y recalcó que la escuela dio el apoyo que estaba en condiciones de dar con tutores docentes y apoyo espiritual: "Fue una situación que costó y se llevó adelante lo mejor posible". También opinó que "a los adultos nos dejó un sacudón, una llamada de atención". Desde el colegio, plantea, "tratamos de hacer lo humanamente posible y no somos partidarios de estar continuamente hablando del tema".

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La casa de San José al 2400, escena de los crímenes, se vende en 130 mil dólares.

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