| sábado, 02 de octubre de 2004 | Fue trasladada a la alcaidía de mujeres La joven mamá que vendió a su hija sigue detenida, pero el papá quedó libre Con los $350 que cobró, la chica compró 3 pares de zapatillas. El padre dijo que desconocía todo Lucrecia Guaman, la mamá de 19 años que admitió que vendió a su beba de cinco meses por 350 pesos, fue derivada ayer a la alcaidía de mujeres, en La Paz 450, luego de que la Justicia la imputara del hecho. El juez de la causa, José María Caterina, no tuvo la misma determinación sobre el papá, Mariano Ortiz (19), a quien dejó en libertad tras escuchar sus argumentos sobre que no sabía nada de la transacción comercial. "No voy a hablar de un caso en el que todavía hay mucho que resolver", se excusó el magistrado.
Ahora Lucrecia quedó imputada por supresión de estado civil (es decir cambio de identidad de su hija), denuncia falsa y abandono de persona. Hasta ayer la policía continuaba trabajando para encontrar a los compradores, con la pista de que habría sido una familia de la comunidad gitana quien pagó los 350 pesos por la nena.
El lunes pasado, Lucrecia denunció a la policía el robo de su pequeña hija. Pero anteayer a la madrugada apareció una beba abandonada en el Hospital Roque Sáenz Peña, a la que la joven mamá reconoció y admitió que la había vendido en la zona sur de la ciudad, pero no supo dar más precisiones de los compradores.
Según relató Lucrecia a la policía con el dinero recibido se compró ropa para ella y su pareja. Pero ayer La Capital pudo saber algo más del relato, y de acuerdo a fuentes policiales, la madre adquirió tres pares de zapatillas para la pareja y un amigo, y el resto del dinero lo gastó en un hotel de categoría.
Mientras tanto, a la joven madre se le está realizando una serie de peritajes psicológicos, además de los físicos de rigor, para aportar a la causa judicial. "Es una chica con problemas, eso es evidente", confió una fuente policial.
En tanto, la titular de la Comisaría de la Mujer, Mariel Arévalo, fue quien interrogó a Lucrecia y su pareja durante varias horas. "Por supuesto que sobre estas cosas debe expedirse la Justicia, creo que ella entiende lo que hizo, aunque no tenía conciencia de cómo iba a derivar este caso", comentó Arévalo a La Capital.
Más aún, la oficial se mostró sorprendida porque en el momento en que le preguntó cómo se despidió de la nena, Lucrecia no respondió. "Como mamá me sorprendió esta actitud de entregarla sin saber dónde quedaba ni con quién", confió.
La otra historia Mientras tanto la familia de Lina y Néstor Cámpora, que hace más de un mes había consensuado con Lucrecia la tenencia y adopción de la beba, ahora reclama a la Justicia que se le conceda ese derecho. "Ya habían pactado con la mamá, incluso está iniciado el expediente en el Tribunal Colegiado de la III Nominación, con el consentimiento y la firma de la propia madre", explicó el abogado patrocinante de la pareja, José Diego Guirado.
Es que el matrimonio durante un mes y hasta el 17 de septiembre pasado, luego del acuerdo realizado con Lucrecia, tuvo contactos permanentes con la criatura. Es decir, pasaban mucho tiempo con la nena, ya que la mamá la llevaba y la dejaba en la casa de esta familia.
Así pasó más de un mes hasta que se desató la oscura trama de la venta de la beba supuestamente a una familia de gitanos de la zona sur.
"Nunca hubo dinero de por medio, Lina y Néstor brindaron ayuda a la mamá con comida o con alguna cosa que necesitaba la nena", aseveró Guirado.
El profesional incluso reveló que ayer habló con el juez de menores Leandro Artigas, quien tiene a su cargo la custodia de la nena, pero el magistrado no le dio demasiadas esperanzas. "Me dijo que no fuera optimista porque el padre biológico ahora pidió la tenencia", remarcó Guirado. enviar nota por e-mail | | |