Pasó a saludar antes de irse

El Oveja se despidió de sus compañeros y hoy parte a Italia para sumarse a Lazio

La simpleza de Leonardo Talamonti se refleja hasta en los mínimos detalles. "Por favor, llámenme, que lo voy a necesitar", pidió al retirarse de Palos Verdes a los periodistas que cubrían el entrenamiento de Rosario Central. Es que ya se lo había dicho a Ovacion antes de viajar la semana a Italia: "Solo creo que no podría ir a ningún lado". El Oveja ya empezó a extrañar sus afectos y por eso ayer, cuando se despidió de sus ex compañeros, no pudo evitar emocionarse y pedir que no se olviden de él. Hoy partirá rumbo al Viejo Continente para instalarse definitivamente en la Lazio de Roma y no quiso irse sin pasar a saludar.

Talamonti estuvo en Palos Verdes durante toda la práctica de ayer a la mañana y contó las vivencias de los dos días en que estuvo en Roma, su nueva ciudad. "Es impresionante, no se puede creer. Estuve muy poco pero ante cada paso no terminás de sorprenderte. Además, se puede vivir con tranquilidad, sin pensar en la inseguridad", dijo.

El Oveja aún no se instaló en la ciudad pero ya le dieron varias alternativas. "Tengo que elegir la casa, o el departamento, y la condición de que no esté en el centro de la ciudad porque demoraría mucho ir al lugar de entrenamiento, que está en un pueblito ubicado a cinco kilómetros de Roma. Es como ir de Rosario a Granadero Baigorria más o menos".

Talamonti ya cumplió su primer entrenamiento en Lazio y también lo sorprendió porque "se practica una hora y cuarto pero a full, no parás un minuto. Y la que yo hice fue en espacio reducido, donde el técnico (Domémico Caso) te pide tocar e ir para adelante. Por ejemplo, si se la doy al cuatro en Central me quedaba un paso atrás por si me la tenía que devolver, pero en Lazio es distinto. Quiere que salga para que la pelota no vuelva".

"Lazio no tiene los problemas económicos que se mencionaron acá. Allá están todos al día, pagan. Es más, no entienden bien cuáles son los inconvenientes que atraviesa Central. Es realmente otro mundo", amplió.

El viaje está previsto para hoy, y por eso ayer se dedicó "a saludar a todos los que pude. Realmente no me alcanza el tiempo para estar con cada uno". Ayer, por ejemplo, el Oveja derramó las últimas lágrimas con los amigos y vecino de Alvarez, más precisamente de Unión y Sociedad Italiana, que lo homenajeó con una gran cena despedida.

Leonardo Talamonti firmará un contrato que sería de dos años (aún no lo tenía claro) y el viernes ya estará entrenando. Es más, hasta podría ser considerado para jugar el domingo de visitante ante Sampdoria, en el arranque del calcio. "Me aconsejaron que no me vuelva loco los primeros meses si no juego mucho. En eso me tengo que tranquilizar porque me acuerdo que un par de veces fui suplente en Central y no me la bancaba. De acá hasta fin de año debo asentarme y adaptarme al medio, eso me dijeron que será lo mejor para mí".

El Oveja todavía no puede creer lo que está viviendo en Roma.