De la sospecha a la realidad, en una década de infamias

Para Adriana Reisfeld, de Memoria Activa, la absolución de los cinco únicos imputados por el atentado a la Amia no hizo otra cosa que patentizar las sospechas que la acompañaron a lo largo de la última década.

"Desde 1996 tenemos una querella independiente porque nunca vimos avances en la investigación. Luego, al percibir una connivencia con el juez (Juan José Galeano), terminamos desconfiando totalmente de la acción conjunta Amia-Daia-Familiares. Y así quedó demostrado", le explicó a La Capital.

Reisfeld, quien perdió a su hermana Noemí (trabajaba en el Servicio Social de la mutual), ejemplificó con la abogada de la Daia, Marta Nercellas: "No sé si tiene que estar imputada en el mismo nivel que el juez, pero ella participó en la toma de declaración de un imputado, al que entrevistó cableada (con micrófonos) y sin haberle notificado al defensor para apretarlo".

Sus palabras graficaron el estado de división de la comunidad judía en la Argentina. En principio, por el impacto del ataque terrorista en sí mismo. Después, merced al accionar de su dirigencia, "que siempre tuvo una actitud autoritaria". Por eso enfatizó: "Personalmente, les pediría la renuncia a los directivos de la Amia".

También lanzó sus reproches sobre Rubén Beraja, el controvertido ex titular de la asociación, hoy detenido por la quiebra del Banco Mayo, ya que "fue parte de la historia oficial que nos quisieron vender y, posteriormente, cerrar".

"Pero no se lo permitimos... Y si hablamos de Nercellas, creo que no hay que contratarla como abogada: Beraja está preso y, en la causa que tanto defendió, todos quedaron libres. Es realmente un fracaso", continuó Reisfeld.

A horas de conocido el fallo del tribunal, el ex titular de la Amia había asegurado que no tenía "ningún cargo de conciencia", sinceramiento que la integrante de Memoria Activa retrucó sin eufemismos.

"En realidad Beraja debe carecer de conciencia, porque es una verdadera vergüenza nacional. El tuvo mucho que ver con el ocultamiento de algo que, y esto es lo más terrible, no sabemos bien qué es", afirmó.

Tras insistir en que Carlos Telleldín y Juan José Ribelli "tienen que seguir presos", Reisfeld analizó la etapa procesal (jueces, funcionarios y legisladores) que se abre al término de una "investigación pésima, porque el tribunal consideró que todo lo que presentó Galeano tenía nulidades".

"Hay que seguir las pistas siria e iraní y continuar buscando la conexión local", subrayó antes de instar a no olvidar las responsabilidades políticas: "La comisión bicameral maltrató a los familiares de las víctimas y encubrió el pago a Telleldín. Además, Carlos Corach y Hugo Anzorreguy aportaron los pesos y los conformes para hacer esta gestión".

"También están las culpas de la dirigencia nacional, de Carlos Menem para abajo, que aún tiene que explicar por qué volaron la Amia", concluyó.

J.F.