| domingo, 05 de septiembre de 2004 | Contactos virtuales Lenguaje de la computación La televisión, la computadora, los video juegos se han incorporado masivamente al mundo infantil y adulto. El fenómeno de la comunicación ha generado un proceso de incomunicación, pero si recordamos lo que escribió Kalil Gibrán: "El mundo no marcha hacia atrás ni se detiene en el ayer", razón por la cual es muy provechoso tratar, en principio, de adaptarse a este mundo virtual incorporándolo sin rechazo, para tratar de encontrar formas de transformar este fenómeno en algo positivo que nos acerque y nos conecte con el universo de los que harán el futuro.
Según Toffler, autor del libro "La tercera ola", la relación con el tiempo ha cambiado a partir del lenguaje de la computación. En términos de computación se habla de nanosegundos: milmillonésimas de segundos o una comprensión del tiempo que escapa a nuestra capacidad imaginativa. La sincronización mecánica que destruía mucho de la espontaneidad y de la alegría de vivir se ha ido modificando. Los jóvenes que rechazan el régimen horario en el trabajo y son indiferentes a la puntualidad, quizá no comprendan (ni ellos ni los adultos) por qué se comportan de esa forma, pero el tiempo ha cambiado en el mundo real y junto con él hemos cambiado las reglas que nos regían.
Trabajo compartido El llamado hogar electrónico no tiene necesariamente que incomunicar. En todo caso posibilita "nuevas-viejas" formas de comunicación. Aumenta la posibilidad de que padre madre e hijos trabajen juntos sin necesidad de trasladarse. Una de las cosas que más estrechamente ha ligado a la familia a través de los tiempos, es el trabajo compartido. La tasas de divorcio son menores entre los cónyuges que trabajan juntos. Si el trabajo dentro del hogar llegara a afectar a una gran parte de la población, significaría un cambio que intensificaría las relaciones físicas y emocionales tanto en el hogar como en el barrio.
La familia amplia llamada por Toffler "sociedad agrícola" sería reemplazada por la "familia amplia electrónica", que incluiría a la familia y la ampliación de contactos virtuales con muchas personas a través del diálogo por Internet. Se podría pensar en un mundo dividido en dos grupos de relaciones uno real, y otro virtual que no necesariamente deben chocar entre sí.
Sara Romano
Psicóloga
[email protected]
enviar nota por e-mail | | |