Las fábricas tomadas en Argentina llegan al festival cinematográfico de Venecia

La Argentina de las fábricas tomadas en la óptica de la activista canadiense de la antiglobalización Naomi Klein apareció ayer en las pantallas del sexagésimo primer festival de cine de Venecia como evento especial de la sección dedicada al cine digital. "The Take" ("La toma"), que dirigió Avi Lewis, marido de Naomi Klein, es un documental de 87 minutos dedicado al fenómeno de las fábricas ocupadas por sus obreros y puestas a trabajar en cooperativa y que la activista considera como una "alternativa concreta a un sistema económico injusto, corrupto y deteriorado".

Un grupo de activistas y cineastas colaboraron en el proyecto de Lewis y Klein aportando material que documenta las luchas callejeras que siguieron al descalabro económico de fines de 2001, y la pareja realizó docenas de entrevistas entre los obreros ocupadores, sobre todo en la Forja San Martín.

Para la pareja realizadora, "las personas que resisten a las fuerzas de la dictadura económica global son verdaderos héroes" y sus historias merecen ser contadas "porque en este momento político éstas son exactamente lo que precisamos".

El filme "se alimenta del espíritu de Chiapas, Seattle, Génova, Durban y La Paz y quiere ir más allá de los fuegos artificiales que son las manifestaciones callejeras para documentar la orgullosa dignidad de la lucha cotidiana", dijeron los autores.

Son "sólo uno de los tantos que están testimoniando el nacimiento de una nueva política, la que abandona las viejas reivindicaciones para tomar las riendas del poder entre sus manos", aseguraron.

Klein y su esposo consideran absurdo que "el arquitecto del colapso económico, Carlos Saúl Menem", haya podido ser el favorito de las elecciones presidenciales de 2003, y cantaron en el film la proeza de un grupo de personas que "armadas sólo de gomeras y de una fe duradera en la democracia de la base obrera afrontan a sindicalistas, banqueros y un entero sistema que ve a sus amadas fábricas sólo como material de descarte para rematar".

En lo concerniente a la competencia oficial de la Mostra, con "Mar adentro", del hispano-chileno Alejandro Amenábar, se siente por primera vez olor a leones en el certamen veneciano, pues de todos los títulos vistos hasta cuarta jornada en la sección oficial, es el más redondo y logrado.

La película despertó las emociones del público y el beneplácito de la crítica con un guión sin veleidades de originalidad que dosifica perfectamente situaciones y personajes y que cuenta con una interpretación coral excelente, en la que sobresale la de Javier Bardem.

Inspirado en la vida de Ramón Sampedro, un gallego que pasó 30 años de su vida inmovilizado del cuello para abajo y que pidió legalmente la eutanasia creando un caso humano y periodístico, "Mar adentro" se mueve discretamente sobre un tema que hubiera podido caer fácilmente en los golpes bajos y en la pura emotividad. En cambio, la película es un canto a la voluntad humana de vivir y de morir, donde como en las tragedias todos tienen razones válidas para oponerse o ayudar a Ramón a lograr su objetivo: una muerte digna que ponga fin a una vida para él indigna. (Télam)

Una escena de "The take" ("La Toma"), documental antiglobalización de Avi Lewis.