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 domingo, 29 de agosto de 2004

Perspectivas. Sobre el "Atlantic, Jazz Masters"
Los sonidos rebeldes que en los 60 inventaron la libertad
El sello Atlantic reeditó algunos de los títulos más emblemáticos de la música afroamericana que inauguraron hace más de 40 años la era del llamado free jazz

José L. Cavazza / La Capital

La dimensión alcanzada en Estados Unidos de la lucha encabezada por líderes negros como Martin Luther King o Malcolm X durante los años 60, tuvo un correlato en la música con el advenimiento de lo que se conoce como el free jazz, la new thing (cosa nueva) o, aún más sofisticado, el avant garde. Como sea, lo cierto es que convirtió al jazz en una radical alteración de todos los principios musicales que habían regido hasta entonces en la improvisación. Músicos como Ornette Coleman, Don Cherry, Albert Ayler, Archie Shepp y Cecil Taylor lideraron la "nueva cosa" que subvertía el orden estético como si se tratara de un reflejo de las convulsiones que sacudían a la sociedad norteamericana. Ahora están presentes en una colección que reedita el sello Atlantic.

El muro de incomprensión que levantó el free jazz tuvo que ver con el impulso de crear una música ajena al servilismo hacia el público blanco, a pesar de que fue este último el que mayor atención les prestó. El público afroamericano entendía mejor el "Say It Loud, I'm Black and I'm Proud" ("grítalo, soy negro y me enorgullezco") cantado por James Brown que los solos de Ornette Coleman en su saxofón de plástico. Por esto mismo los coletazos e influencias del free jazz se dieron más en Europa que en el propio terreno estadounidense, donde terminó convirtiéndose en un callejón sin salida.

El free jazz, sin embargo, representó a lo largo de los años 60 bastante más que una corriente musical, porque sería inexplicable sin todos los elementos políticos que llevaron incluso a organizar festivales con nombres tan explícitamente politizados como "The October Revolution In Jazz" o a grabaciones en contextos tan evidentes como "Las Fables of Faubus" de Charles Mingus, dedicadas al gobernador homónimo o los discos de The Last Poets.

En el marco de los movimientos de liberación que encabezaron los negros en Estados Unidos, en los 60 aparecieron discográficas dirigidas por personas de raza negra. Sellos como Tamla Motown, Stax, Chess y Atlantic fueron responsables del lanzamiento de numerosas figuras del rhythm and blues, el soul y el jazz.

Aquella discografía es muy pobre en los catálogos de discos nacionales. Sin embargo, hoy se pueden conseguir títulos emblemáticos del jazz de los 60 gracias a una serie de reediciones que llevó adelante el sello Atlantic y que en Argentina distribuye la discográfica Warner, bajo el nombre de "Atlantic, jazz masters", a un precio más que razonable: 18 pesos. Sin embargo, no se trata de una colección enumerada sino del relanzamiento de algunos títulos sueltos del jazz de fines de los 50 y de los años 60.

Los 60 fueron una época de increíble proliferación de géneros y estilos en el jazz, desde el tradicionalismo de Armstrong a la vanguardia de John Coltrane o Charles Mingus, pasando por las orquestas de Count Basie y Duke Ellington, las formaciones de Dizzy Gillespie, Bill Evans y Miles Davis, la guitarra de Wes Montgomery, los Jazz Messengers de Art Blakey y la lista sigue con muchísimos nombres más. Mingus es una buena síntesis de la época, porque tenía el perfil vanguardista de los músicos de free jazz pero sin perder el swing de un Duke Ellington, además de ser uno de los compositores más importantes de la historia del jazz. Por todo esto, el disco de Charles Mingus "The Clown" es una obra que bien puede dar el puntapié inicial de este puñado de discos reeditados por Atlantic. Grabado por el genial contrabajista en 1957, fue un disco que anticipó el free jazz de los 60 y precedió además al despertar de la conciencia social y política de aquella década. Mingus usó la mezcla de sonido y armonías típicamente ellingtoniana y le agregó disonancias y cambios abruptos de tiempo, introduciendo aceleraciones exageradas que generaban su propio ímpetus.

Con Mingus, la improvisación volvió a ser colectiva. Seguramente hubo más improvisación colectiva en los grupos de Mingus de los años 50 y 60 que en ningún otro importante grupo de la jazz de la época. Por esto, más que ninguno, allanó el camino a las improvisaciones colectivas libres del nuevo jazz. En este sentido fue el innovador más importante de aquellos años. "The Clown" es una obra que simboliza perfectamente este estado de ánimo de Mingus y también la transición hacia la "libertad total".

En 1961 Mingus cierra este primer ciclo Atlantic con "Oh Yeah!", disco -también reeditado- que lo presenta como pianista (en 1963 grabaría un disco de piano solo para Impulse!), al frente de un sexteto con Kneeper, Ervin, Richmond, Doug Watkins y la incorporación del genial saxofonista Roland Kirk, que aporta su toque surrealista a una obra en la que se mezcla el blues ("Devil Woman"), la parodia ("Eat That Chicken"), y la temática más comprometida ("Oh Lord, Don't Let Them Drop That Atomic Bomb On Me").

El Ornette Coleman Quartet fue el primer grupo que tocó free. Atlantic reeditó dos discos donde el extrovertido saxofonista toca junto al genial trompetista Don Cherry: "Ornette on tenor" y "Ornette". Discos sin medias tintas -apasiona o desagrada profundamente- que evidencian una frescura y vitalidad increíbles, aunque a veces sea difícil atisbar entre la maraña sonora que las rodea.

Del saxofonista John Coltrane, Atlantic reeditó "Avant Garde" (editado en 1966, un año antes de su muerte) junto a Don Cherry, una personal interpretación del free jazz. Después de su obra cumbre de 1964, "A Love Supreme", Coltrane dio un vuelco sorprendente a su música, incorporándose humana y musicalmente a la vanguardia neoyorquina. En el 65, grabó "Ascension", su primer disco de música totalmente libre y atonal. "Avant Garde" es una continuación de la línea de "Ascension". También "Coltrane play blues" y "Coltrane's Sound", del 64, fueron reeditados. Este último, un excelente álbum con joyas del hard bop como "Satellite", "Equinox" y su ultradinámica versión de "Body and Soul"; todo un sonido que influiría sobre todo en los saxofonistas de los años 70.

Otros títulos reeditados por Atlantic que se pueden destacar son "Life Between the Exit Signs" (1968), donde Keith Jarrett ya aparecía como el joven estrella del piano, junto a Charlie Haden en contrabajo y Paul Motian en batería, y dos discos del poco conocido por estas tierras, Yusef Lateef: "Detroit" y "The Blue". Lateef -como Roland Kirk, que aparece en "Oh Yeah!" de Mingus- es un saxofonista de gran sonido que busca experimentar por su cuenta y riesgo en el territorio más amplio de la música. También las reediciones de Atlantic incluyen discos como "Slaves Mass", del brasileño Hermeto Pascoal; "Lennie Tristano", de Tristano; y "Book of the Blues", del organista Richard "Groove" Holmes, en tanto que entre algunos títulos que están anunciados pero que aún no aparecieron a la venta, pueden destacarse discos de los saxofonistas Ben Webster, Sonny Stitt y Warne Marsh, músicos que como tantos otros escasean en las bateas locales a un precio razonable.

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