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 domingo, 29 de agosto de 2004

El aguante rojinegro se trasladó a Santa Fe

Javier Parenti / La Capital

La lepra venía de fiesta. Con el ánimo por las nubes. Por eso, 5.000 hinchas llenaron la popular del estadio Centenario y alentaron recordando el triunfo máximo ante Central y esperaron hasta el final por si había replay del miércoles con un gol en la última jugada. Pero el empate no les cayó mal. Por esto el regreso fue con la tranquilidad de portar un punto positivo para descansar 15 días y recargar las ilusiones de victoria para el cotejo ante Banfield. Cómo no ir hasta Santa Fe, si queda a un paso. Como no embarcarse si las hinchadas son amigas y eso era garantía de seguridad. Cómo no apostar a otra jornada victoriosa si el envión del clásico y el triunfo de entresemana copaban a todos.

"Se mueve, se mueve, está descontrolada... la hinchada", era el incentivo para desplegar los cantitos. Claro que el hit del momento, que sin dudas ocupará el top ten durante todo el torneo, es el dedicado a la victoria en el Gigante, en el latiguillo de "sin aliento" y de la vuelta olímpica en Arroyito allá hace 30 años.

Encima, los sabaleros se prendieron como buenos amigos de la lepra para gastar a Central, claro que siempre recordando el odio con Unión, que también, en menor medida, tienen los hinchas leprosos.

Hubo un punto máximo de euforia y, obviamente, coincidió con el mejor pasaje del juego de Newell's. Cuando parecía que el gol estaba al caer. Claro, también hubo aguante, fuerza para ayudar a la defensa cuando se vino Colón y hasta para estirar imaginariamente los brazos de Villar para que el paraguayo retuviera el último remate de Gandín.

Y el final del partido los encontró conformes. Sin el triunfo enloquecedor pero con un empate que no es para despreciar. El equipo sumó siete puntos de los últimos nueve y al dulce del clásico todavía lo disfrutan. Por eso, esos cinco mil leprosos vinieron felices a Santa Fe y las sonrisas todavía se dibujan en sus caras.

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Numerosos rojinegros aprovecharon el sábado para viajar a Santa Fe.

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