Corea y Japón

Atacado cruelmente por algún referente del periodismo deportivo nacional, ridiculizado por un conductor televisivo desde una mesa de café y agraviado desde una pancarta en la propia Atenas por un afamado coiffeur, los dos primeros ex funcionarios de una administración gubernamental que no transitó por el mismo camino ético que justamente trasunta Bielsa y el restante un alter ego de ese mismo proceso, el técnico cosechó por contrapartida adhesiones que realmente valen.

El entrenador de Las Leonas, Sergio Vigil, deseó que "Bielsa se cuelgue la medalla de oro" antes que él, "porque es un ejemplo del argentino que hoy no existe, el que trabaja, es honesto, capaz y no entra en ninguna corruptela".

Lo valoró el ex técnico sanlorencista Néstor Gorosito, "porque es el único entrenador del que hablan bien el 99 por ciento de los jugadores que dirigió, y sobre todo los que casi nunca tuvieron oportunidades de jugar cuando él los condujo".

Lo destacó ayer mismo el orientador boquense, Miguel Angel Brindisi, al remarcar que "Bielsa es en entrenador que dignifica la profesión".

Quizás ahora empiece a aceptarlo otra vez el público argentino, porque Bielsa se lo merece quizás como pocos en este mercantilizado y por ello cada vez más enrarecido ambiente del fútbol. Porque no sólo cuenta ganar, sino la forma como lograrlo. Y entonces la demanda del barón Pierre de Coubertin, "mens sana in corpore sano", reseñarán la verdadera propuesta de un Bielsa que por su forma de proceder "es un auténtico referente del espíritu olímpico", según lo elogió el propio Vigil. (Télam)

D'Alessandro abraza a Tevez después del gol ante los paraguayos.