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 domingo, 29 de agosto de 2004

"Los chinos son imitadores y representan un gran problema"
El asesor del Vaticano explicó como afectó a la Unión Europea el ingreso de China al mercado

"En el corto plazo China puede desestabilizar la economía", señaló Stefano Zamagni, el economista italiano y catedrático de la Universidad de Bologna y miembro asesor Pontificio Consejo "Justicia y Paz" del Vaticano. Reconocido como "el economista del Papa", el catedrático estuvo en Rosario para disertar sobre las posibilidades de una globalización con nuevos actores mundiales como China, India y Rusia y los efectos sobre la Argentina, invitado por la Cámara de Comercio Italiana. En este diálogo con La Capital explicó el impacto de la presencia china en el mercado internacional, con algunos ejemplos muy concretos sobre la Unión Europea y apuntó algunos consejos para los empresarios argentinos que negocien con el gigante asiático.

-¿Cómo impacta la economía china en el mercado mundial y en qué puede beneficiar o perjudicar a la Argentina?

-La República Popular de China modificó la Constitución hace dos años para introducir en el país la economía de mercado pero sin cambiar la esfera de relaciones políticas. Esto representa una novedad absoluta, ya que estamos acostumbrados a asociar la economía de mercado como sistema de organización de la sociedad a un contexto más o menos democrático. ¿Entonces qué sucederá en el futuro? En este punto hay dos líneas de pensamiento. La primera dice que la democracia tiene que ser la consecuencia del desarrollo económico y la otra, al contrario, que si no hay instituciones democráticas, el lado económico no se puede desarrollar. Según este segundo pensamiento la democracia es un factor de progreso económico. Por ahora no tenemos evidencia empírica para decir si la primera o la segunda teoría tienen razón.

-¿Qué representa China para el resto de las potencias mundiales?

-En el corto plazo China representa un problema. Por ejemplo, en los próximos meses, por primera vez en la Unión Europea ingresarán unos 60 mil autos chinos a un precio de 5.000 euros, cuando el valor mínimo en Italia o Francia para un coche similar es de 10.000 euros. Sabemos que los autos chinos no tienen las características de calidad que los europeos, pero la gente dice son 5.000 euros, lo compro porque en dos o tres años está amortizado. Por otra parte, el gran tema con China es la imitación. Porque los chinos no son como en India donde hay muchos creadores, innovadores. Los chinos son imitadores, como lo fueron los japoneses después de la Guerra Mundial, solo que Japón es un décimo de China.

-¿Por qué la diferencia con India?

-Los hindúes no son imitadores, son creadores. India no es un problema para Europa, sino para Estados Unidos. Porque en las nuevas tecnologías hoy India es el segundo país del mundo, después de EEUU en la producción e invención o patentamiento de las nuevas tecnologías.

-¿En qué afectó a Italia la imitación china?

-En la economía italiana lo de China es un peligro porque imitaron lo que se denomina el "made in Italy", esto es la moda, la industria textil, de cartera, de zapatos, etcétera, donde Italia tiene muy buen desarrollo. Esto lo está sintiendo mucho, es una crisis terrible. El tema de China es muy serio porque desde un punto de vista económico en el corto plazo puede desestabilizar la economía.

-¿Cómo se puede frenar este avance?

-El avance en sí mismo es positivo. Lo que pasa es que los chinos son muy astutos. Tienen interés de impedir que la Unión Europea se forme políticamente unida y al mismo tiempo, no intervienen en la política extranjera de Estados Unidos -que por otra parte es un fracaso como todo el mundo sabe- porque busca que Estados Unidos pierda reputación política internacional. En el pasado una intervención y una guerra como la de Irak no hubiese sido posible porque estaba Rusia, de hecho no sucedió durante el período de la Guerra Fría. Esto lo planteó en su último libro el estadounidense Francis Fukuyama, que hay que aclarar es neoconservador del ala de Bush. Con esta guerra, Estados Unidos termina legitimando el régimen de China, ya que demuestra que democracia y libertad se pueden separar. La democracia no se impone. China quiere demostrar, que en Estados Unidos no son verdaderos liberales.

-Para la Argentina siguen siendo un mercado con mucho potencial al que le vendemos commodities. ¿Esto es bueno, tiene sostén en el largo plazo?

-No. Es un peligro terrible. Lo que pasa que la clase dirigente argentina no entiende este punto. Porque en el corto plazo es bueno que exporten soja, pero desde mayo pasado el precio bajó porque China impidió la exportación. Y todo el mundo sabe -y está en todos los libros de economía internacional- que cuando hay un intercambio comercial entre un país pequeño como Argentina y grande como China, el pequeño siempre va a perder, porque el país más grande tiene el poder de amenaza y el pequeño no. Hoy se puede exportar soja a China porque tiene necesidad para el consumo animal, pero sabemos que ésto no puede durar, porque cuando China se desarrolle, no tendrá más necesidad de la soja. Además, ningún país en el mundo puede desarrollarse en el largo plazo con la agricultura. Esta es necesaria pero no suficiente. La ley de Engels dice que la elasticidad al ingreso es menor de uno con los productos primarios, aunque desde otro punto de vista, el desarrollo agrícola tiene la ventaja que en el corto plazo es más productivo. Diferente es el caso de los medicamentos. Argentina es el primer país de América latina exportador de productos farmacéuticos. Esto es positivo, porque este es un sector que tiene una elasticidad mayor de uno, ya que siempre hay necesidad de productos medicinales. Y en este sector la tecnología argentina es muy buena. Aquí hay capital humano y el gobierno debería ayudar para que se desarrolle.

-¿Qué consejo le daría a los empresarios argentinos que quieren negociar con China, qué tipo de relación deben establecer?

-Negociar con los chinos es demasiado difícil, sólo le temen a los italianos ya que comparten una misma cultura de comerciantes. Los chinos son terribles y cuando vas a negociar ellos vencen siempre, porque son muy astutos. No sé que capacidad de negociación tiene hoy la Argentina. Mi opinión es que hay que negociar mediante el Mercosur. Porque un país como la Argentina no puede negociar con países como China sola, en bloque es diferente. Tenemos que comprender que la alternativa es juntarse porque separados no se podrá. Lo que sucede es que Estados Unidos no quiere el Mercosur y sí el Alca.

-¿Es conveniente el Alca para la Argentina?

-El Alca para la Argentina es un desastre. No es conveniente, todo el mundo lo sabe. Lo que pasa que los economistas de este país no lo dicen.

S.C.

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Zamagni, economista italiano.

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