Un coloso que sigue creciendo

En los últimos diez años, el papel de China en la economía mundial cambió drásticamente. Las sostenidas y elevadas tasas de crecimiento en el PBI de los últimos años le permitieron convertirse en la sexta economía mundial y proyectarla como una gran potencia mundial a futuro, asegura un estudio del Centro de Estudios Bonaerenses (CEB). Para eso influyeron una política orientada a la exportación con tipos de cambio fijo y débil y un creciente consumo interno en un mercado de 1.300 millones de personas. En 1994, China importaba por u$s 120.869 millones, lo que representaba el 2,3% del total mundial. El dinamismo de su economía alcanzó también al sector externo. En sólo diez años el país asiático duplicó su participación en las importaciones mundiales, al comprar en el 2003 por u$s 413.095 millones, el 4,6% del total mundial. El valor actual de las importaciones chinas es un 47% superior al promedio observado en los tres años anteriores, mientras que respecto al promedio del trienio 1997-1999, es un 120,6% mayor. En América latina, son cuatro los países que exportan hacia China en montos significativos: Brasil, Argentina, Chile y México, en ese orden. De estos países, sólo Chile incrementó sus ventas menos que el promedio perdiendo de esta forma inserción. El mayor crecimiento en valores es el observado para Brasil, que logró incrementar en U$S 1.810 millones las ventas en los diez primeros meses del 2003 frente a igual período del 2002 (85,1%). Por su parte, las exportaciones argentinas a China presentaron la mayor variación, 112,6%, pasando de u$s 1.000 millones a u$s 2.127 millones, en el mismo período.