| domingo, 29 de agosto de 2004 | La casa propia. La gente abona sólo los servicios porque si no, se los cortan La casa propia (Viene de página 3)
Hoy se entregan a aquellos "que las puedan recibir", admitió Morín. Se les dan planes de financiación adecuados a su condición socioeconómica. "Es difícil que se pueda entregar una casa a las familias que no tengan ningún ingreso. Pero se están diseñando alternativas para llegar a las familias que ganan 300 ó 400 pesos", remató.
Justamente hacia los sectores de menores recursos apunta el programa Rosario Hábitat, un plan de recuperación de asentamientos irregulares que se lleva adelante desde el 2000 con financiamiento de la Municipalidad y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El plan levantó ya 464 casas y 201 están a punto de ser inauguradas. Estas unidades se pagan en cuotas acordes al ingreso familiar y por un término de 20 años. Las beneficiarias de este programa son familias que dejaron de ser villeras, pero continúan siendo pobres, por lo cual un porcentaje importante no puede hacer frente a las cuotas. "Es necesario destacar que aparte de las casas de material, la gente recibe servicios básicos", subrayó la directora del Servicio Público de la Vivienda (SPV), María Isabel Garzia, antes de añadir: "La mayoría de la población se encuentra debajo de la línea de pobreza, aunque mostró disposición de pagar. A tal punto, que el promedio de cobro tras la realización de refinanciaciones subió al 56,5 por ciento, cuando antes era del 18", expresó la funcionaria municipal.
Una unidad habitacional básica de este programa tiene 32 metros cuadrados, con techo de losa. Cuentan con la posibilidad de ser ampliadas y están equipadas con agua corriente, cloacas y conexiones domiciliarias individuales, entre otras cosas.
En cuanto a las que construye la provincia, una vivienda tipo está destinada a entre dos y cinco personas. Su superficie es de 45 metros cuadrados como mínimo, con dos dormitorios, un living comedor, cocina-lavadero y baño.
No obstante, "cuando la familia se presenta en el registro, dice cómo está constituida y en función de eso le corresponde una casa de dos o tres dormitorios", indicó Morín. A veces una vivienda de tres cuartos tiene siete u ocho integrantes y no existen viviendas de cuatro dormitorios.
Morín reconoció la existencia de hacinamiento: "Hay casas de dos dormitorios donde viven dos familias, y a veces no son las propietarias originales a las que se entregó esa casa. Pero no se puede hacer nada para evitar que ingresen tantas personas".
En la actualidad, Rosario necesita 40 mil viviendas más de las existentes para paliar el déficit habitacional. Hay gente que hoy vive en forma inadecuada, comparte casas, habita garajes o ambientes en malas condiciones. enviar nota por e-mail | | |