| domingo, 22 de agosto de 2004 | Niños tartamudos Tiempo del fonoaudiólogo Durante años se trató de simplificar la causa de la tartamudez. Actualmente, y luego de muchas investigaciones, se llegó a la conclusión que este cuadro es muy complejo y son muchos los factores que intervienen en su evolución y mantenimiento.
Cuando un niño presenta disfluencias o tartamudez lo peor que se puede hacer es esperar, ya que cuanto más cerca del inicio del síntoma se intervenga, mejor será el resultado.
"Mis amigos se burlan, se ríen de mí"; "creen que por ser tartamudo soy tonto"; "prefiero no hablar porque sé que me voy a trabar"; "todo el tiempo me toman de punto, soy el blanco de todas las cargadas".
Aprender a hablar es una tarea compleja que se desarrolla entre los 2 y los 6 años de edad. Es normal que durante este desarrollo del lenguaje aparezcan repeticiones, muletillas, pausas que ayudan al afianzamiento de las estructuras lingüísticas que está adquiriendo. Estos errores de la fluidez son normales para la mayoría de los niños en desarrollo. Pero para otros pueden ser signos del inicio de una tartamudez.
La tartamudez se puede describir como un desorden en el curso fluido de los movimientos del habla, que se caracteriza por interrupciones más cortas o más largas. Al observarlas, estas interrupciones de la fluidez, pueden tener características como la repetición de sonidos, sílabas o palabras, prolongaciones y pausas como resultado de bloqueos motores. Sin embargo, hay niños que se ponen colorados, demuestran incomodidad y tensión, hacen gestos o movimientos con la cabeza y/o con el cuerpo, fruncen las cejas o cierran los ojos, toman aire antes de empezar a hablar denotando un esfuerzo lingüístico que no siempre se manifiesta a través de repeticiones.
Para diferenciar entre los "errores normales de la fluidez" y la tartamudez, será necesario que una persona especializada pueda realizar un diagnóstico, ya que la diferencia podría ser muy sutil. Hay ciertos signos de alarma que se pueden detectar tempranamente:
u Repetición de partes de palabra, palabras y/o frases en número y frecuencia aumentada.
u Cambios de intensidad y frecuencia de la voz.
u Pausas, interjecciones y/o muletillas en un número mayor al habitual.
u Incomodidad al hablar.
u Esfuerzo al hablar.
u Prolongaciones.
u Tensión corporal visible y audible.
u Dificultad al empezar a hablar.
u Cambio de palabra por temor al bloqueo. Miedo a producir determinados sonidos.
u Evitar hablar (miedo a enfrentar determinadas situaciones verbales).
Es importante recordar el hecho de que el niño que tartamudea no tiene dificultades intelectuales, y/o emocionales por definición. No manifiestan diferencias psicológicas ni sociales con relación a sus pares, sin embargo su reacción y la de los otros podría ocasionar estos problemas asociados. La tartamudez no puede ser reducida a un problema emocional como se dice generalmente. No es de causa psicológica. Los especialistas afirman que hay otras causas que interactúan para que se desarrolle. No existen categorías convencionales que logren etiquetarla como algo orgánico, funcional, psicológico o neurológico. Son muchos los factores que combinados llevan a ella.
La intervención fonoaudiológica temprana tiene por objetivo reestablecer la fluidez antes de que las estructuras del lenguaje se consoliden.
María Eugenia Ramírez
Fonoaudióloga
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