| domingo, 22 de agosto de 2004 | El desempleo de jefes de hogar perjudica el ingreso Apenas se hizo palpable la recuperación de la economía argentina postdevaluación, Beccaria alertó que a pesar del crecimiento del PBI, la tasa de desempleo no iba a disminuir correlativamente. Incluso, hace un año, se comentó que funcionarios de Economía habían tenido un fin de semana de reflexión tomando como eje un estudio suyo al respecto. Al preguntársele si ha sido consultado por este tema, o en general, por el equipo que conduce Lavagna, el investigador universitario lo negó con una mueca sutil, sugiriendo que no espera ese reconocimiento. Con todo, las políticas de Estado parecen coincidir con sus apreciaciones en cuanto a considerar que la mayor afectación del desempleo entre los jefes de hogar, al ser éstos los mayores proveedores de las familias, perjudicaba mucho la distribución del ingreso, algo que Beccaria observó años atrás.
-¿Qué características tiene ese fenómeno hoy?
-Antes de los 90 el desempleo era bajo y además no afectaba a los jefes de hogar, que tenían tasas de desempleo del 1 ó 2 por ciento. Cuando aumentó el desempleo, llegó al 10% entre los jefes de hogar. No es el mismo impacto el que provoca la desocupación entre un trabajador jefe que en una persona que no lo esr. El impacto es mucho más grande, no sólo económico sino también sobre la organización la vida familiar. Todos estructuramos nuestras vidas alrededor del trabajo y si de pronto no lo tenemos, debemos repensar cómo reestructuramos nuestra vida. Y si uno es el jefe del hogar y además, como sucede en algunas familias de perspectiva muy tradicional en que éste es el principal proveedor de los ingresos, eso produce un desacomodamiento mayor, que puede catalizar procesos muy complicados.
-¿Esto refleja que hay mayor empleo femenino y/o joven?
--No. El desempleo en esos grupos, femenino y joven, todavía es mayor. Siempre el desempleo de los jefes de hogar es menor que el promedio. El Estado debería atender las situaciones de desempleo generalizado, pero no hay duda que la suerte de los jefes de hogar en el mercado de trabajo tiene un impacto mucho mayor. El tema de las mujeres es un proceso ya más continuo. Las mujeres por un lado vienen aumentando su tasa de actividad, su participación económica, como un cambio en los patrones culturales. Lo que pasa que en los años 90 ha sido acelerado por la necesidad de los sectores de menores recursos de cubrir baches de ingresos, sea porque los salarios bajaron o porque los proveedores se quedaron sin obra social. Incluso eso ha generado que muchas mujeres también hayan tenido que ocupar puestos precarios. enviar nota por e-mail | | |