| | sábado, 07 de agosto de 2004 |
 | -Ayer leía que el presidente Néstor Kirchner no atendió a Uriel Sharef, miembro del directorio central de la empresa alemana Siemens y director para la región América de esa compañía de telecomunicaciones. La entrevista con el presidente era la actividad más importante planificada por el ejecutivo durante su paso por Argentina, pero el presidente no lo atendió. ¿Usted me puede explicar por qué tamaño desplante?
-Mire, discúlpeme Inocencio, pero yo preferiría no seguir hablando del gobierno nacional, porque no deseo que nadie piense que aquí estamos obsesionados con cuestionar las conductas del presidente, su falta de planes, sus idas y venidas políticas o que estamos empeñados con alguna campaña en su contra.
-Bueno, pero hay cosas que merecen una reflexión, Candi.
-Pero qué quiere que le diga. Cuando hace unos días atrás vino al país Carly Fiorina, principal ejecutiva de la firma Hewlett-Packard, tuvo que esperar al presidente por largo rato y como no la atendió se fue con el frustrado deseo de conversar con él ¿Qué ocurrió después? La mujer se reunió con el presidente Lula de Brasil y la importantísima empresa dedicada a la fabricación de elementos informáticos decidió, según parece, instalar una planta de fabricación de algunos productos o impresoras en el Brasil. Algunos dirán: bueno, pero no crea que porque el presidente no atendió a Fiorina ella decidió no instalar la planta en Argentina. Es cierto, puede ser, pero no me cabe la menor duda de que si la empresa necesitaba, por ejemplo, un inicio de diligencias tendientes a garantizar la seguridad jurídica que en este país brilla por su ausencia, el presidente, la voz y decisión más importante en el gobierno, le cerró la puerta. Dígame Inocencio, si usted es CEO de una empresa importante, tiene que invertir millones de dólares y requiere una charla con la máxima autoridad de un Estado para evaluar la disposición de ánimo respecto de su proyecto y este funcionario no lo atiende, ¿qué hace usted?
-Lo que hizo Fiorina, obviamente. Fue a Chile y la atendió Ricardo Lagos, fue a Brasil y la atendió Lula da Silva. La planta se instala en Brasil. Lo que sucede es que tal vez el presidente está cautivado con el eje Chávez, Lula, Castro y cree que el futuro de la Argentina pasa por poner todas las fichas en esos gobiernos de tonos progresistas o socialistas y dejar de pavonearse con las empresas representantes del mundo liberal y globalizado. Después de todo este es un gobierno de centroizquierda.
-Mire, no pasa por el signo del gobierno, sino por cómo hace las cosas. El problema argentino sigue siendo, es cierto, la obnubilación y el egoísmo ideológico. Si hay un dirigente de derecha que hace las cosas bien, la izquierda lo cuestiona porque es una idea de derecha. Si hay un izquierdista que tiene una idea brillante, la derecha lo cuestiona porque es un invento progresista. En este país todavía seguimos con el síndrome de unitarios y federales y con un odio encarnado que es un absurdo, un despropósito y que nos impide salir adelante. Ahora, eso de que este gobierno es de izquierda... mire, no sé. Ayer tuve ante mis ojos el voto de las elecciones del año 2000 para jefe de Gobierno, vicejefe y legisladores y advertí que el actual jefe de gabinete, Alberto Fernández integró, como candidato a diputado, la lista de Cavallo cuando iba por la jefatura de la Capital y que compartía la lista con Elena Cruz, la recordada diputada que fue golpeada por defender a Videla. Lista número 271, los que deseen sacarse la duda pueden acudir al Tribunal Electoral. ¡Qué quiere que le diga!
-¡Qué van a venir a invertir a este país si los dirigentes son impredecibles!
-Y encima el presidente no los atiende. Pero no los atiende no por una cuestión ideológica, pensar eso es una burrada. Yo creo que algo está fallando en el gobierno, hay mucha incoherencia y desinteligencia. Note usted: el jefe de Gabinete dice una sandez como que el delito en Argentina se debe a la "cumbia villera" y después tiene que aclarar y bajar el tono porque su jefe dice que a él la "cumbia villera" le gusta ¡Pero está bien, qué tanto, che! Levante la mano lo pibe afanancio y que empiece la bailanta.
-En este país la bailanta empezó hace rato, mi amigo.
Candi II
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 | "En este país parece que hay que dar lástima para que te aplaudan siempre"
Miguel Mateos
Músico de rock, ex líder del grupo Zas | Ver noticia  | |
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