| domingo, 01 de agosto de 2004 | Del peluquero a la psicóloga El ejemplo lo supo dar un riojano célebre. Pero así como Carlos Saúl Menem mantenía un vínculo muy especial con su estilista capilar, quien lo acompañó en los 209 viajes que el ex mandatario hizo al extranjero, la actual ministra de Salud de la provincia no puede prescindir de su... psicóloga. Claudia Perouch, igual que el ex presidente, parece tener poco claras las diferencias que separan el ámbito público del privado y se habría convertido, acaso sin quererlo, en su incipiente imitadora. Cuentan en el ministerio, donde los rumores crecen debajo de cada baldosa, que la profesional que se ocupa de la psiquis de la funcionaria obeidista también desempeña diversas funciones dentro de ese ámbito. Y aunque todo es extraoficial, al menos por ahora, se comenta que el proyecto de su paciente-ministra sería nombrarla subdirectora de Salud Mental de la provincia. Verdaderamente, un caso para el diván.
| Un silencio que sembró suspicacia La charla radial entre Alberto Lotuf y el padre Ignacio Periés transcurría por los carriles previsibles hasta que el periodista sacó del mazo una carta inesperada.
-Discúlpeme por lo banal de la pregunta, padre, pero... ¿de qué cuadro es hincha?
-No, hijo, yo bendigo a todos por igual -fue la ecuánime respuesta sacerdotal-.
-No, padre, pero ayúdenos, usted sabe que estamos mal... -dijo el entrevistador de canallescas inclinaciones-.
Pero Ignacio permaneció mudo.
De allí que no se entendiera muy bien la posterior alegría cómplice de Lotuf, quien hasta llegó a pronunciar la frase "venga esa mano".
¿Habrá guiñado un ojo el padre? ¿O la imaginación febril del reportero le jugó una mala pasada?
| Una década de lo más aburrida El ex periodista no lo podía creer. Es que en una de sus habituales excursiones por un complejo cinematográfico se había encontrado face to face con Evaristo Monti, con quien supo compartir micrófono en una emisora local hace "apenas" una década. Claro que desde entonces nuestro hombre no se topaba con el ahora concejal por el justicialismo. De todas maneras, el lapso transcurrido no modificó en lo más mínimo el tradicional saludo con el cual Evaristo solía recibir a sus compañeros de trabajo. Sin manifestar la menor sorpresa ante el reencuentro tras tanto tiempo sin verse, Monti salió del paso con pocos complejos: "¿Qué tal? -disparó-. ¿Alguna novedad?". La mirada de perplejidad de su interrogado debe haberle revelado el estupor que su naturalidad había provocado, pero la respuesta no lo reflejó: "Hola Evaristo. No, ninguna". Es que en estos últimos diez años, se sabe, no pasó casi nada. | | | | "Las familias no se preocupan cuando se dan cuenta de que los chicos pasan de año sin aprender nada y hasta encuentran gracioso que zafen" Alicia Aquarone Profesora de la Escuela de Comunicación Social | Ver noticia | | |