| domingo, 13 de junio de 2004 | El bloque que se veta a sí mismo Luego de algunos discursos de alto voltaje político pronunciados en el Concejo Municipal a propósito de la conflictiva ley de lemas, en medio de composiciones que no parecían haber sido escritas por ediles de Rosario sino por chicos de la primaria, desde algunas carpas con habitual buena información surgen novedades asombrosas. Aunque parezca mentira, desde la Caja de Jubilaciones y la Intendencia tratan de voltear -veto mediante- una noble iniciativa de Oscar Larrauri que resultó aprobada por unanimidad, que concede a los viudos de empleadas municipales un derecho a pensión equiparado al que poseen las viudas. Lo curioso es que el veto que firmará Miguel Lifschitz está siendo redactado por tres concejales
-dos de ellos, abogados- que pertenecen al bloque del propio Larrauri. Caso extraño: el bloque justicialista veta a sus propios integrantes, en acuerdo con el intendente.
| No es verdad que sólo falta Han llovido pedidos de aclaración a esta Redacción con respecto a unas líneas publicadas el viernes en esta misma columna que aludían a la concejala Nora Pereyra. Se informó en aquella oportunidad que la edila peronista (a quien la gran cantidad de cigarrillos que fuma le enronqueció la voz, pero eso sólo lo saben sus íntimos porque en el Concejo aún nadie la ha oído) falta frecuentemente. A las comisiones, al recinto, a los debates, a la firma de proyectos y despachos. La aclaración realizada consiste en que Nora Pereyra no sólo falta, sino que no se la puede encontrar. Las autoridades del bloque al que pertenece tienen un empleado para localizarla, tarea ímproba. Según dicen, la concejala es adepta a retiros espirituales que la sustraen de toda otra actividad. Les cuesta a los contribuyentes alrededor de 10 mil pesos mensuales. Los lectores están capacitados para extraer sus propias conclusiones.
| El efecto Gaudio llegó a la Justicia Parece que la fiebre tenística que despertó el reciente torneo de Roland Garros, ganado en una electrizante final por el tenista argentino Gastón Gaudio, también llegó al ámbito judicial. Un prestigioso y barbado abogado del fuero local, ex decano de la Facultad de Derecho, no tuvo mejor idea que desafiar a un joven colega -integrante del bufete que preside- a terminar con una diferencia de opiniones catedráticas mediante un partido de tenis. Los hombres de leyes cambiaron sus formales trajes por unos coloridos atuendos deportivos y a pesar del frío mediodía enfilaron para unas canchas de calle Urquiza. El joven letrado, algo preocupado por la escasa diferencia que obtuvo el Boca de sus amores ante River en la primera semifinal de la Libertadores, parece que alguna vez practicó este deporte en su Bahía Blanca natal y a pesar de su escaso talento no tuvo piedad con el jefe y le propinó un rotundo 6-3, 6-1. Algo engranado, el experimentado abogado no tardó en pedir la revancha y las apuestas ya corren por los pasillos de los Tribunales rosarinos. Esta vez la juventud pudo vencer a la experiencia, pero eso rara vez se repite en el ejercicio de esta profesión. | | | | "Duhalde ya fue" Aníbal Fernández Ministro del Interior | Ver noticia | | |