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 domingo, 13 de junio de 2004

El análisis de la presidenta de la ONG Ejercicio Ciudadano
"El problema es que el rosarino no tiene conciencia ciudadana"
Para Estela Pérez Moncunill no hay buenos o malos vecinos: "Falta compromiso y control del Estado"

Para la presidenta de la Fundación Ejercicio Ciudadano, Estela Pérez Moncunill, "no hay buenos o malos vecinos" en Rosario, sino que existe "una falta de conciencia ciudadana". Más aún, la especialista en Ciencia Política está convencida de que no es un problema de esta ciudad, sino que se repite en todo el país. "El argentino ve a los espacios públicos como ajenos y de la misma manera que no se compromete con la política, saca la basura a cualquier hora", señaló Moncunill. Y también puso en la mira las responsabilidades que le corresponden al Estado: "En esta ciudad particularmente hay falencias en los controles. Porque las ordenanzas están y la gente las conoce, pero no se hace lo suficiente para que se cumplan".

-¿Se puede hablar de buenos y malos vecinos?

-Primero haría una distinción entre vecino y ciudadano. Porque el vecino es el habitante de una ciudad y creo que en Rosario la falencia está fundamentalmente en la condición de ciudadano. Este no es un problema local, sino que afecta a todo el país: el argentino no tiene conciencia ciudadana, se ve lo público como ajeno: las plazas, los parques, las veredas... Del mismo modo que los ciudadanos no se comprometen con la política porque no la sienten como propia y la rechazan como actividad, sacan la basura a cualquier hora provocando molestias a sus vecinos y afectando a la ciudad toda.

-¿Por qué cree que se da esta ausencia de conciencia ciudadana?

-Hay muchos trabajos que analizan el proceso de constitución de la ciudadanía en Argentina. En los países centrales la ciudadanía es un conjunto de derechos entre los cuales están los derechos civiles. Pero aquí estos derechos no son prioridad para la gente, los derechos civiles no son una conquista. Es más, en una etapa de la historia los argentinos accedieron a los derechos políticos cuando aún no tenían conciencia de los derechos civiles. Sólo después de la dictadura militar, que significó la pérdida de todos esos derechos, aparece la conciencia de ciudadanía y la democracia como valor.

-¿Hay irresponsabilidad por parte de los vecinos en esta falta de conciencia?

-Claro, porque el ejercicio de la ciudadanía implica derechos, pero también obligaciones. Entonces, esta falta de conciencia es un verdadero problema.

-Una de las críticas que se escucha comúnmente es que los mismos vecinos que no respetan las normas en su ciudad, sí lo hacen cuando salen de la ciudad o del país...

-Es cierto que generalmente se hacen las cosas bien cuando se está afuera del lugar propio. Pero quizá eso también tenga que ver con que allí uno conoce bien las reglas del juego. Además, en muchos países del Primer Mundo las sanciones son mucho más rígidas. En Ginebra nadie te pide el boleto en el transporte público, pero si se enteran que no pagaste, hay una multa de 500 dólares que tenés que pagar sí o sí.

-¿Sirve aumentar las sanciones?

-En materia de seguridad, endurecer las penas no sirve de ninguna manera. Pero tiene que haber una sanción para el vecino que saca la basura un sábado a la tarde cuando no pasa el camión recolector. Eso es una falta de consideración, una ruptura de los lazos mínimos de solidaridad.

¿El pago de impuestos tiene que ver con la conciencia ciudadana?

-En eso somos un horror. Pero hay una explicación. La gente nunca vio en este país adónde fue el dinero que pagó en concepto de impuestos. Entonces, a diferencia de otros lugares donde el Estado sí da cuenta de la distribución del dinero, difícilmente los argentinos sientan el pago impositivo como una responsabilidad. Además, no pagar también habla de falta de solidaridad porque el dinero de esos impuestos entre otras cosas se destina a educación.

-Justamente la falta de educación es otro de los argumentos que se sostienen para explicar la causa de este tipo de situaciones...

-La escuela es un espacio de socialización donde deben trabajarse estas cuestiones porque las posibilidades de interiorización son desde allí mucho mayores.

-¿Es responsabilidad del Estado controlar las malas actitudes de los vecinos?

-En los municipios la relación entre ciudadanos y gobernantes es cercana, lo que contribuye a la transparencia y a que los vecinos se interesen más por las cosas de la ciudad. Pero a veces me parece que en el caso de Rosario falta comunicación porque la Municipalidad lleva adelante muchas acciones en relación al cuidado de la ciudad y del tránsito, por ejemplo, y no toda la gente lo sabe. Y claro que estas tareas de educación y prevención, al igual que el control, son responsabilidad el Estado.

-¿Coincide con quienes aseguran que la Municipalidad de Rosario no ejerce suficientemente su poder de policía?

-Sí. La falta de control es una falencia de la Municipalidad, si bien ahora la gente tiene muchas expectativas con la Guardia Urbana. Las ordenanzas están y la gente las conoce, pero no se hace lo suficiente para que se cumplan. Habría que ver si esto se da por una carencia de herramientas del municipio o si en realidad no saben cómo hacerlo. Lo cierto es que desde hace tiempo esta es una carencia grande que tiene Rosario.

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Pérez Moncunill también apunta al municipio, que no hace cumplir las ordenanzas.

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