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 sábado, 12 de junio de 2004

Albarellos
Una zona rural afectada por el robo de cables
Sustrajeron 2.500 metros del tendido de media tensión. Un funcionario de la EPE explicó cómo actúan los ladrones

Ladrones no identificados robaron unos 2.500 metros de cables de media tensión del sistema eléctrico durante la madrugada de ayer, provocando la caída del servicio en un amplio sector de la zona rural de la localidad de Albarellos, distante a 39 kilómetros al sur de Rosario.

Si bien algunas versiones periodísticas indicaron que el robo había dejado sin energía a todo el pueblo, el encargado de la sede regional de la Empresa Provincial de la Energía (EPE), José Goycochea, aseguró que en realidad "sólo afectó a dos usuarios rurales", a quienes se les restituirá el servicio el lunes próximo.

El funcionario radicó la denuncia en la subcomisaría 7ª de esa localidad, donde explicó que a las 8 de ayer un llamado telefónico le advirtió sobre el corte del servicio. Inmediatamente ordenó una inspección de la red y a 2,5 kilómetros de la zona urbana detectó el faltante de tres cables de la línea en una extensión de poco más de 800 metros.

El ex presidente comunal Antonio Spina fue uno de los afectados y le contó a Goycochea que "descubrió que no tenía luz cuando volvió del pueblo a donde había ido para ver el clásico Boca-River".

Durante la semana anterior ocurrió un hecho de las mismas características, con daños similares, en la vecina localidad de Coronel Bogado, donde procedieron de la misma forma. "Con una soga enlazan los cables y tensan hasta que se tocan. Eso hace que salten los fusibles para trabajar tranquilos, luego cortan los cables, de 35 milímetros de diámetro, con herramientas en la parte más baja y después bajo las columnas", dijo Goycochea al explicar el modus operandi de los delincuentes.

Si bien el jefe de sección de la EPE indicó que "no son comunes" los robos de esta naturaleza, dijo que en los últimos meses hubo varios casos, incluso algunos frustrados, en distintos caminos rurales poco transitados de localidades de la zona.

Además sostuvo que es muy difícil prevenir este tipo de robos, porque los autores operan en grupos, con vehículos sin luces, y ante el menor signo de peligro de ser descubiertos abortan la operación. "La forma de atacar este delito sería encontrar a quien les compra", opinó Goycochea tras aclarar que los cables son de aluminio y cobre, materiales muy cotizados y comúnmente buscados para fundirlos.

"En una oportunidad hicimos de investigadores y perseguimos a un auto en el que viajaban varias personas que estaban cortando los cables. Se alejaron a gran velocidad pero igual seguimos sus huellas. Luego entraron en un campo y salieron por otro camino donde les perdimos el rastro", relató.

El funcionario dijo que "ahora hay más expectativas de descubrirlos o de evitar los robos, porque la provincia entregó recientemente un móvil a la subcomisaría y ya se acordó con la policía la forma de trabajar en conjunto para ese fin".

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