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 sábado, 12 de junio de 2004

Saqueos repetidos. Se llevaron 40 mil kilos de soja de un campo en Alcorta por valor de 24 mil pesos
Se afianza la novedosa modalidad del vaciamiento de silos en áreas rurales
Hubo al menos tres casos en un mes. Todas las veces robaron la misma cantidad de granos, de noche y en zonas despobladas. El circuito negro estimula los ilícitos. Los chacareros empiezan a contratar vigilancia y seguros

No solamente los productores hacen negocios con la soja a 560 pesos la tonelada. Esa cotización reproduce delitos usuales, como los de reducidores y bolseros que interceptan cargas en tránsito. Y ahora otros que hace muy poco habrían parecido inconcebibles: los que cometen ladrones que se internan en deshabitadas áreas rurales y vacían silos durante la noche. En un mes trascendieron tres casos. El primero fue en Alcorta el 3 de mayo. Catorce días más tarde hubo otro en Bombal. Y esta semana nuevamente ocurrió en un establecimiento de Alcorta, de donde se llevaron más de 40 toneladas de soja, una carga que demanda un transporte de dos chasis para ser movilizada.

Ni los productores saqueados ni la policía del departamento Villa Constitución tienen idea de cómo hicieron los delincuentes, en este último suceso, para llevarse 40 mil kilos de soja que se encontraban almacenados en un campo ubicado a unos 20 kilómetros al suroeste de la localidad de Alcorta. La partida sustraída fue valuada en 22 mil pesos.

Una manera poco grata de iniciar la semana tuvo Mariano Hernán Lajara, un productor de 28 años de edad radicado en Rosario. Cuando el lunes pasado a las 8 de la mañana concurrió al predio de 118 hectáreas que alquila a su padre y a su tío encontró la tranquera de ingreso con su candado violentado. Por la noche, los cacos le habían llevado 40 mil de los 97 mil kilos de soja que tenía almacenados en un silo tipo bolsa de 60 metros de extensión. Lajara, que en su denuncia policial aseguró que no cuenta con seguro contra robo, identificó la soja sustraída como variedad Pioner 93B53, tipo corta. El hecho se inscribe en una serie de robos (algunos de ellos esclarecidos) que desde hace un tiempo padecen productores rurales de una extensa región que se extiende hasta Chabás, cuyo presidente comunal, Osvaldo Salomón, denunció repetidas veces estas operaciones.

El 17 de mayo pasado un cargamento igual fue robado de un establecimiento agrario ubicado a unos 4 kilómetros al este de Bombal. La partida de soja fue sacada en al menos un camión que habría hecho dos viajes y dejó sus huellas sobre el terreno. En esta ocasión, el depósito saqueado también fue un silo bolsa de 60 metros de largo por 3 de ancho. Eso permitió cargar la soja a granel utilizando algunas latas que quedaron abandonadas en el lugar.


Igual, pero en otro lado
El pasado 3 de mayo hubo un robo de las mismas características en un campo ubicado a 14 kilómetros al sudeste de Alcorta. De allí, los ladrones se alzaron con 40 mil kilos de soja un domingo por la noche y con un llamativo despliegue de logística.

En el caso de Bombal, la carga robada ronda los 24 mil pesos y según presumen los investigadores fue descargada en la zona. Además, se tiene la certeza de que participaron varias personas por la cantidad de huellas que dejaron en el lugar y sobre el silo bolsa.

La reproducción de este tipo de delitos generan prácticas antes no acostumbradas en los productores. Los del campo robado en Bombal contaron a La Capital que, al igual que otros chacareros de la zona, contrataron a un servicio privado de seguridad para vigilar los campos en horas de la noche. Los productores también empiezan a contratar pólizas de seguro para ponerse a resguardo de este tipo de ilícitos.

Las similitud de los tres episodios sugiere un modus operandi que permite a los delincuentes alzarse con la soja de los propios silos antes que interceptar las cargas en tránsito en las rutas regionales donde fuerzas de seguridad federales y provinciales desarrollan el "Operativo Soja".

Para los investigadores, seguir el camino de la soja robada tiene una dificultad: una vez acopiada no se la puede rastrear. Pero los acopios tienen la obligación de verificar la procedencia de la mercadería que compran. No obstante, en el caso de los dos primeros robos mencionados efectivos de la Unidad Regional IV de Casilda allanaron un campo en Chabás, el 28 de mayo, buscando pistas de los granos sustraídos. Ese establecimiento es propiedad de Héctor Bakota, denunciado en más de una oportunidad por negocios irregulares con granos.

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Así son los silos bolsa que saquearon en Alcorta.

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