Masiva procesión de Corpus Cristi en Plaza de Mayo

Buenos Aires.- El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, llamó hoy a convertir "la multitud en comunidad" y a no resignarse a las estadísticas que "ya dan por descartados a tantos hermanos nuestros".

También exhortó a organizar la parroquia, el barrio y la patria desde "la comunidad y la solidaridad", en momentos en que "tristemente las estadísticas hablan separadamente de los niños y los ancianos, pero además de individuos desocupados".

"Los números del Señor son distintos: El apunta a la comunidad y a la solidaridad", recordó durante la multitudinaria celebración del Corpus Christi (Cuerpo de Cristo) en la Plaza de Mayo.

El purpurado porteño instó luego a "organizarse en comunidades a la medida del pan. Así como lo hacen en los centros de jubilados, los comedores de las escuelas, los hogares de tránsito, las fiestas del barrio, las cooperativas de trabajo, en la Cáritas y en las parroquias".

El purpurado pidió a los peregrinos, que lo recibieron en medio de aplausos y música de rock cristiano, que "contagien la esperanza en todos los ambientes, porque ésta es gratuita y no se compra en un maxiquiosco".

Luego bendijo unas botellitas con agua -con la leyenda "Yo soy la vida"- para que lleven a cada uno de los hogares.

Tras la celebración eucarística, Bergoglio renovó la consagración de la Ciudad de Buenos Aires a Nuestra Señora de Luján y convocó a prepararse para el X Congreso Eucarístico Nacional que se llevará a cabo en setiembre en Corrientes.

En el ofertorio se presentaron, además del pan y el vino, frazadas realizadas por presos de diversas unidades carcelarias, que serán entregadas posteriormente a las familias carenciadas de la Arquidiócesis, y las intenciones de los jóvenes, las familias y un grupo de voluntarias de hospitales.

Al culminar la misa se realizó la tradicional procesión con el Santísimo Sacramento, cuya custodia fue empujada por un grupo de jóvenes, seguido por la Archicofradía del Santísimo Sacramento, los abanderados de los colegios católicos, los seminaristas porteños, los jóvenes y el resto de la feligresía presente.

En tanto, el guión fue llevado por el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra.

Mezclado entre la gente pudo verse al ex juez Hernán Bernasconi, con libertad condicional luego de estar preso por su polémica actuación en el "Caso Coppola".

Tras la multitudinaria ronda alrededor de la Plaza de Mayo, se entonó el Himno Nacional Argentino y el cardenal Bergoglio impartió la bendición eucarística.

La celebración fue concelebrada por monseñor Emilio Ogñénovich (emérito de Mercedes-Luján; los obispos auxiliares porteños José Gentico, Jorge Lozano, Mario Poli, Joaquín Sucunza y Eduardo García, y un centenar de sacerdotes. (DyN)