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 sábado, 12 de junio de 2004

Tierra de nadie. La Justicia de esa provincia dice que aún no pudo identificar a los dueños de los campos siniestrados en marzo
Entre Ríos sigue sin poder frenar los incendios intencionales en las islas
Ayer se extinguieron los nuevos focos que aparecieron en las inmediaciones de la conexión vial Rosario-Victoria

Isolda Baraldi / La Capital

"Existe una gran debilidad institucional en Entre Ríos para ejercer el poder de policía", aseveró a La Capital el secretario de Medio Ambiente santafesino, Marcelo Terenzio. Las palabras del funcionario se sucedieron al mediodía de ayer, cuando el nuevo incendio que se desató en las islas entrerrianas -frente a Rosario- ya estaba bajo control y a punto de ser extinguido. Pero el hecho puso una vez más de manifiesto la incapacidad del Estado entrerriano para prevenir y frenar la quema intencional de terrenos. Es más, la Justicia de esa provincia admitió que están paralizadas las causas de los incendios que se sucedieron en marzo pasado, ya que aún no sabe quiénes son los propietarios de las islas quemadas, por lo tanto no hay imputados. "¡Qué vamos a hacer! no podemos poner un vigilante cada un kilómetro", se defendió ayer el intendente de Victoria, César Garcilazo, cuando La Capital le preguntó por qué fallan los controles.

Los incendios de esta semana fueron a sólo unos metros de la conexión vial Rosario-Victoria y puso en riesgo la circulación ya que el humo dificultó la visibilidad de los automovilistas. "Es lamentable que estas cosas sucedan, en realidad se debería hacer prevención, pero no es así. Nosotros siempre que vemos un foco avisamos a las autoridades santafesinas y entrerrianas para que intervengan, pero los distintos estamentos gubernamentales deberían actuar para evitar estos incendios", se quejó el subgerente de la concesionaria Puentes del Litoral, Luca Molocchi.

La firma hizo ayer otra denuncia por perjuicios. "No podemos acusar a nadie porque no sabemos quién fue. Las denuncias las presentamos a la Gendarmería que es la que custodia toda la traza de la ruta. En rigor, estamos preservando la seguridad de las personas que transitan por el puente", resaltó Molocchi.

El intendente de Victoria aseveró que presentó ayer una denuncia en la Justicia por este incendio con los nombres y apellidos de los propietarios de los terrenos, uno de los cuales es la firma Baggio, de Gualeguaychú.

"No es sencillo determinar los lugares exactos de inicio de los focos porque la jurisdicción es muy grande, además cerca del 60 por ciento de esas tierras son fiscales y tampoco son muy claras las situaciones de quiénes son los que ocupan o arriendan", se escudó el delegado de las Islas, Carlos Truco. El funcionario intentó de ese modo justificar las demoras para entregar a la Justicia los datos de quiénes son los titulares de los terrenos.

"La primera impresión es que los incendios son intencionales, pero no se puede avanzar si no se toma declaración a los supuestos responsables. Ahora se emplazó a los investigadores para que presenten más precisiones, como los nombres de los propietarios", aseveró la fiscal que entiende en la causa, Zulema Benedetto.

Como para despejar dudas, el secretario de Medio Ambiente santafesino dijo que "estos lamentables episodios podrían prevenirse sencillamente, ya que en los registros catastrales tienen los nombres y apellidos de los propietarios y arrendatarios, y a partir de allí se debe tener una política preventiva".

Por los caprichos del viento y las zonas comprometidas, el incendio de esta semana afectó al puente Rosario-Victoria, aunque ayer se apagó a tiempo y no hubo necesidad de cerrarlo al tránsito.

Pero los siniestros de marzo pasado perjudicaron la salud de buena parte de la población de la ciudad, ya que las cenizas esparcidas a lo largo y ancho de todos los barrios afectaron las vías respiratorias y produjeron irritaciones en los ojos. Además, en esa oportunidad la magnitud del incendio fue mayor ya que ardieron más de 20 mil hectáreas, lo que obligó a intervenir al Plan Nacional de Fuego para extinguirlo.


Costumbre ancestral
Si bien la Justicia aún no dictaminó que las quemas son realizadas de modo intencional, lo cierto es que diversas autoridades lo descuentan ya que es una costumbre tan vieja como la actividad agropecuaria.

Es que los terrenos de las islas tienen una vegetación espesa en algunas zonas y de pasturas en otras. En la actualidad conviven dos actividades económicas importantes: la ganadera y la apícola.

Así, la quema de pastizales se realiza para que crezcan nuevas pasturas para el ganado e incluso para ampliar los terrenos con este fin. Tanto en primavera como en otoño son las época estacionales donde esta práctica se hace con mayor frecuencia. El problema es que los cambios climáticos, por ejemplo la sequía, provocaron en ocasiones que las quemas se propaguen sin control.

En estas situaciones no sólo el medio ambiente y el ecosistema del delta del Paraná son brutalmente dañados, sino que los habitantes de Rosario padecen los efectos del humo y la caída de las cenizas. "Si contamos a la población rosarina y de las localidades del sur podemos decir que más de un millón de habitantes son perjudicados por estos siniestros", aseveró Terenzio.

El funcionario también remarcó el Estado entrerriano tiene la obligación de regular la actividad ganadera de las islas. "Es una actividad económica muy importante, pero no se puede permitir que dañe a las personas y la flora y fauna del lugar", insistió.

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En las islas son comunes los incendios intencionales.

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