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 miércoles, 02 de junio de 2004

Desaparecidos. El hallazgo se produjo cerca del incinerador del cementerio
Descubren restos óseos en San Lorenzo

Marcelo Abram / La Capital

Restos óseos humanos presuntamente de desaparecidos fueron encontrados el pasado lunes en el cementerio de San Lorenzo. El hallazgo fue producto del trabajo que está realizando un grupo de antropólogos en una fosa común por orden del juez federal Omar Digerónimo, quien investiga una denuncia sobre entierros clandestinos durante la última dictadura militar.

La novedad fue confirmada por Lidia Kosameh, perito en antropología biológica, quien no quiso apresurarse en afirmar que se trate de restos humanos y sólo se limitó a indicar que informará debidamente al magistrado.

Quien sí habló de restos humanos es Juan Nóbile, a cargo del trabajo de campo en la necrópolis desde sus comienzos, a fines del año pasado: "Podrían ser de varios cuerpos. Fueron hallados el lunes por la tarde, cerca del incinerador".

Precisamente esa fue la zona señalada por un grupo de geólogos de la Universidad de San Luis que poco tiempo atrás realizó un trabajo in situ para determinar la posibilidad de movimientos de tierra antinaturales. Y, si bien el hallazgo es producto del trabajo en conjunto de antropólogos, peritos y testigos, se considera de vital importancia este informe.

La zona del cementerio también habría sido señalada por personas que se acercaron voluntariamente, pero que no declararon en la causa, y se desconoce si el sitio fue utilizado alguna vez para realizar inhumaciones regulares y legales.

La búsqueda comenzó a arrojar resultados positivos el lunes, cuando a unos 90 centímetros de la superficie aparecieron los primeros huesos. De inmediato se notificó a Digerónimo, solicitándose un refuerzo de la custodia del lugar (que ya fue ordenado por el magistrado) a raíz del delicado descubrimiento.

En febrero pasado se produjo un primer hallazgo de restos óseos -junto a otros elementos- que alentó la esperanza de quienes trabajan en el lugar, pero rápidamente se supo que no eran humanos. Aunque ahora se está muy cerca de develar el misterio.

El descubrimiento coincidió con la reciente andanada de órdenes de detención a represores dispuesta por Digerónimo. Ahora resta la confirmación oficial acerca de los restos hallados, como también saber si se logran desenterrar más huesos.


Testimonio clave
El Juzgado recibió el 10 de diciembre de 2002 el testimonio de una mujer que denunció un hecho ocurrido en el cementerio de San Lorenzo durante el invierno de 1976 en momentos en que ella se encontraba visitando la tumba de un familiar.

La mujer observó cómo un grupo de personas (ataviadas con ropas militares) arrojaba bolsas de gran tamaño en una fosa bastante amplia, supuestamente en el ala nordeste de la necrópolis, cerca de donde hoy funciona el incinerador.

El miedo se apoderó de la mujer, que en ese momento estaba acompañada por criaturas, e hizo que guardara este secreto durante años, hasta que decidió presentarse ante el juez y contar todo. Lo que tal vez nunca imaginó es que ese secreto, gracias a su testimonio, está a punto de ser develado.

Tiempo atrás, y merced a una gestión de Nóbile, geólogos de la Universidad de San Luis realizaron en el cementerio un trabajo científico destinado a inferir en qué lugar se podrían detectar movimientos de tierra que no tuvieran que ver con algún hecho natural.

El trabajo específico consistió en la aplicación de la prospección geoeléctrica: el envío de corriente eléctrica desde la superficie hasta distintas capas subterráneas sin la necesidad de hacer perforaciones. Esta metodología fue aplicada por el mismo grupo en la búsqueda de las ruinas de la ciudad de Cayastá.

En este caso, siempre se aclaró que se buscaba detectar los movimientos de tierra realizados en forma mecánica y hallar específicamente la fosa. Días atrás los geólogos enviaron un informe a la Justicia señalando a la zona del incinerador.

En la actualidad el cementerio rinde homenaje a las víctimas de la represión ilegal con un monolito en el que figuran sus nombres, entre los que se destacan Fina Carlucci (hermana de Gerardo Carlucci, ex intendente de Capitán Bermúdez) y Ramón Riquelme (su hija Mariela brindó un escalofriante testimonio sobre su secuestro ante Digerónimo).

También se recuerda a Hugo Parente y Carlos Prat, desaparecidos cuando eran conscriptos en el Batallón de Arsenales. De acuerdo al testimonio de sus familiares, los hechos se habrían registrado dentro de la unidad militar. Aunque fuentes castrenses apelaron a la poco creíble historia de las deserciones para justificar lo ocurrido durante los años de plomo.

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