| miércoles, 02 de junio de 2004 | No "invitan" "El primer objetivo de la escuela debe ser motivar a los chicos para que estudien, porque si no hay interés el aprendizaje es poco probable", afirmó el sociólogo y especialista educativo Tenti Fantfani, quien sostiene que para evitar la deserción escolar hay que pensar en la conformación de "escuelas que inviten a quedarse".
"Las escuelas para los pobres son pobres escuelas", dijo Tenti Fantfani y explicó que en vez de ser las mejores, promotoras del ascenso social y espacios de auténtica inclusión, les falta estructura, insumos y horas de estudio.
"Hay escuelas rurales que tienen cuatro horas de clase, frente a las escuelas privadas de doble jornada. Los hijos de las clases más ricas están estudiando continuamente y los hijos de las clases pobres ni siquiera tienen estímulos para cumplir con la escolarización básica", sostuvo.
Sin calefacción, sin canchas de fútbol, sin tizas de colores y pupitres enteros, con pocos maestros y pocas propuestas extraescolares (talleres de música, de teatro, de pintura) y curriculares que hagan más atractiva la cursada, los adolescentes se alejan de las aulas y son muy pocos los que vuelven.
"Los adolescentes tienen intereses característicos de la edad, como un par de zapatillas o una salida nocturna, y frente a la posibilidad de ganarse 10 ó 20 pesos por día en una verdulería y seguir en una escuela que no los cautiva, se van", graficó.
Agregó que la mayoría de los niños de los sectores pobres están escolarizados, porque los padres aún creen en los beneficios de la institución escolar, pero al entrar en la secundaria, y sin una familia que los contenga y una escuela que los estimule, los jóvenes se van. enviar nota por e-mail | | |