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 domingo, 30 de mayo de 2004

Una seguidilla de piñas con final poco feliz

Hasta las visitas de clubes internacionales de rugby dejaron su impronta en la ciudad, si de violencia se trata. El hecho más resonante ocurrió la madrugada del 29 de noviembre de 2001 en Salta y Alvear. Un integrante del equipo neocelandés Wellington Rugby Academy fue detenido e imputado por la agresión a un chico de 18 años a quien con un golpe de puño le provocó hundimiento de cráneo y fractura del tabique nasal. El episodio marcó una seguidilla de hechos llamativos. Un árbitro de rugby de nombre Diego Rodrigo Palacios (29) quedó detenido tras morder a un peatón a quien le arrancó una falange frente al supermercado Coto (Urquiza al 1600) en junio de 2002. En tanto, en la madrugada del 12 de julio de 2002, Gabriel Polidoro (22) estaba en un bar cuando, en medio de una gresca protagonizada por rugbiers, uno quiso sacarlo por la fuerza: lo tomó del cuello y lo tiró al suelo. Las heridas fueron tan graves que le desfiguraron la cara y casi pierde un ojo. Dos meses después, Lisandro Malamud (19) fue golpeado con ferocidad por dos rugbiers de Gimnasia y Esgrima en la puerta de un boliche, y el ataque le produjo fractura y desplazamiento del tabique nasal, rotura del labio y el frenillo.

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