| miércoles, 26 de mayo de 2004 | | El viaje de la suspicacia En el truco existen leyes no escritas. Una de ellas indica que la picardía tiene un límite: el momento en que las cartas quedan boca arriba sobre la superficie de la mesa. Eso fue lo que recordaron ayer en una típica sobremesa justicialista de 25 de mayo, tras un sustancioso locro bien regado con vino tinto. En pleno desarrollo de la posterior e inevitable partida de naipes, el diálogo -como era lógico- viró hacia la política. Más específicamente, hacia la comentada visita de una treintena de dirigentes del PJ santafesino a la Casa Rosada, para manifestarle su apoyo político al presidente Kirchner. Lo que sorprendió, sin embargo, fue el tenor de las declaraciones que después del cónclave hizo uno de los referentes de la nutrida comitiva, el senador Armando Traferri. "Este tipo de reuniones no son para conspirar: todo lo contrario, vinimos hasta la Casa Rosada para ayudar a Obeid a gobernar", dijo sin inmutarse el ex intendente sanlorencino. La pregunta que quedó flotando en el aire es: si tanta generosidad fuera cierta, ¿por qué el periplo se produjo justo cuando el gobernador se encontraba ausente y cuando tampoco Carlos Reutemann estaba en la provincia? ¿Será que los ratones bailan cuando los gatos no están? ¿O será como en el truco, donde tarde o temprano terminan las palabras y sólo quedan las cartas expuestas sobre la mesa?
| El Lole se encariñó con una camioneta alemana Dicen que fue amor a primera vista. Que apenas clavó sus ojos en ella, ya no pudo olvidarla. Carlos Alberto Reutemann es así: pasional. Le bastó ver la flamante camioneta BMW X3 (tan flamante que todavía no salió a la venta en la Argentina) para que su inoxidable estirpe fierrera volviera a apoderarse de él con la intensidad que sólo tienen los primeros amores. El rumor del "metejón" automovilístico del senador nacional viajó rápido, casi como el propio Lole sobre el asfalto mojado de Jacarepaguá, y llegó hasta los oídos del mismísimo presidente de la firma alemana, quien tampoco se quedó corto con la velocidad: de inmediato levantó un teléfono y le indicó al concesionario local, Natalio Automotores, que una camioneta estaba a disposición de Reutemann. El generoso préstamo, para que la experta mano del Lole "probara" el vehículo, fue pautado por el lapso de dos semanas. Feliz como chico con juguete nuevo, durante los últimos días el ex gobernador exhibió una movilidad física insólita para su tranquilo temperamento. El inesperado viaje relámpago a Córdoba que realizó anteayer para reunirse con José Manuel de la Sota es parte de la súbita vocación nómade del Lole. Claro, todo indica -comentan algunos- que la verdadera razón de esta inquietud es su nuevo amor, la bella camioneta alemana. Según dicen, con tal de probar sus virtudes Reutemann sería capaz de viajar hasta la China. Mientras tanto -viaje va, viaje viene-, el tiempo huye, y las dos semanas ya pasaron hace rato. En la concesionaria están esperando que el Lole llegue, salude, extienda la chequera y firme. Pero por ahora, esperan. No puede haber dudas de que la prueba es exhaustiva. | | | | "Hay que volver a encontrar la inclusión social" Néstor Kirchner Presidente de la Nación | Ver noticia | | |