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 sábado, 27 de marzo de 2004

Convocan a nuevos profesionales

Mientras el juez federal realizaba su tarea de reconocimiento de los distintos lugares involucrados en la causa que investiga, en la mañana de ayer arribó a esta ciudad Aldo Giaccardi, representante del Departamento de Geología de la Universidad de San Luis. El profesional llegó invitado por la Oficina de Derechos Humanos de la Municipalidad de San Lorenzo y su presencia fue aprobada por el magistrado con la idea de que a mediados de abril se sume a la tarea de localización de las fosas que ordenó realizar en el cementerio local.

Según pudo saberse, con la llegada de este nuevo especialista se incorporaría una nueva metodología de trabajo destinada a determinar si los movimientos de tierra en ese lugar han sido naturales o fueron realizados por algún tipo de excavación.

Esa labor se denomina tomografía eléctrica que, según explicó Giaccardi a La Capital, se trata de "un corte del terreno en base a la reactividad que presenta un suelo por la conductividad eléctrica, una técnica que nos permitirá saber si la remoción del material de la tierra ocurrió en forma natural o no en ese lugar".

La causa de la posibles fosas comunes en el cementerio sanlorencino se inició el 10 de diciembre de 2002, cuando se presentó una denuncia ante el Juzgado Federal a cargo de Digerónimo en la que se daba cuenta de un episodio ocurrido en el cementerio de San Lorenzo durante una tarde del invierno de 1976, cuando una mujer que se encontraba visitando la tumba de un familiar observó que un grupo de personas con ropas militares arrojaba bolsas de gran tamaño en una fosa bastante amplia. El hecho se habría registrado en el ala noreste de la necrópolis, muy cerca de donde hoy funciona el incinerador. El miedo que le produjo lo que estaba viendo en ese momento hizo que la mujer guardara durante todos estos años en secreto lo sucedido, hasta que decidió presentarse ante el juez y contar lo que había presenciado.

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