| domingo, 21 de marzo de 2004 | Una historia con marcas de identidad "Buena vida delivery" cuenta la historia de una Argentina que se cae a pedazos. Ambientada en el 2002, narra el derrotero de Hernán (Ignacio Toselli), un joven de 24 años que trabaja como delivery y gana 380 pesos al mes. Su familia se fue a España y él quedó solo en su casa porque la quiere seguir peleando desde acá. De golpe se enamora de Pato (Moro Anghileri), una bella chica empleada en una estación de servicio. La joven se irá a vivir a su casa y gozan un romance casi de telenovela hasta que aparece la familia de Pato, que se quedó sin vivienda. Hernán es solidario con ella y sus padres, pero todo se trastoca cuando se le instalan en su casa y hasta le ponen una fábrica para hacer churros en el comedor.
La película participó de un festival de cine fantástico en Corea, por considerarla que entraba perfectamente dentro de ese género. Aquí, el filme de De Cesare refleja, con algunos altibajos, un pincelazo de la crisis de un país que oprime hasta la desesperación.
"Buena vida delivery" tiene algunos pequeños errores de guión (pese a que fue premiada en esa categoría) y carece de un buen hilo dramático en la narración. Sin embargo, tiene valores que disimulan cualquier falencia: es una película profundamente argentina. enviar nota por e-mail | | |