Contrarreloj. Preparan actividades masivas y sorprendentes en toda la ciudad

Rosario afina una megaprogramación cultural como marco para el congreso

En unos días la Municipalidad anunciará su plan. La UNR también lanzará el suyo. Nadie quiere quedar afuera

Silvina Dezorzi / La Capital

Si la organización del III Congreso Internacional de la Lengua Española viene un poco lenta, la programación cultural puertas afuera, en cambio, marcha a todo vapor y casi no hay institución cultural en Rosario que no esté involucrada. En sólo unos días, por ejemplo, la Municipalidad lanzará una "megaprogramación" con 90 actividades culturales de "fuerte impacto" que reserva con cierto celo por "estrategias de comunicación", pero sobre todo por el efecto sorpresa que espera producir sobre la población. La Universidad Nacional de Rosario (UNR) es otra de las grandes instituciones que lanzará convocatorias abiertas y masivas con la lengua como eje. Museos, librerías, bibliotecas, centros culturales, medios de comunicación y otras entidades privadas suman sus planes y en la ciudad sobrevuela el consenso de que si el congreso oficial albergará a unos pocos, en Rosario se movilizará cultura para muchos.

El director de Comunicación Social de la Municipalidad, Daniel Canabal, traza una síntesis bastante gráfica de hasta dónde llegan las expectativas con el congreso puertas afuera en la ciudad.

"Si logramos tener un año culturalmente tan movido va a pasar lo que pasó con la salud: hoy Rosario tiene un estándar del que no puede bajar, porque si no le prenden fuego a la Municipalidad. Entonces, si pasa lo mismo con la mística que acá tiene la cultura, que ya es todo un emblema, también allí habrá un estándar del que luego nadie podrá bajar".

La apuesta es ambiciosa por abarcativa y por diversa. "Sinergia" sería una buena palabra para explicar cómo a veces dos más dos no suman cuatro, sino cinco. Traducido a este asunto: el desafío será que las múltiples propuestas culturales en torno al Congreso de la Lengua no se dispersen, sino que se potencien.


Presentan la "megaprogramación"
En unos días -algunos dicen que la semana entrante- la Municipalidad presentará a toda orquesta la "megaprogramación" con que, a lo largo del año y a partir de abril próximo, unas 90 actividades harán eje en la palabra, el lenguaje y la comunicación.

Los soportes serán de lo más variados -teatro, música, mesas de debate, gráfica, poesía, cine, video, plástica y otras disciplinas- e incluirán eventos nacionales e internacionales, pero el eje excluyente será lo que Canabal llama un "cambio de escala" para jerarquizar la participación.

Tanto en la Secretaría de Cultura como en Comunicación están convencidos de que hay que abrir el juego. ¿Por qué? Porque el congreso viene enlatado -con reglas, actividades y un volumen de participantes predefinidos- y lo que Rosario debe garantizar es una convocatoria masiva.

"Si eso no ocurre, el resto tendrá poco sentido", afirma Canabal. Así, todas esas actividades de escala inédita y que ganarán las calles de la ciudad hilvanarán con contenidos propios el eslogan "Rosario 2004, capital de la lengua".

Aunque en las oficinas municipales reina cierto hermetismo, se sabe que habrá convocatorias muy amplias para un público que quizá no sea habitué de la programación cultural. Para ello se lanzarán concursos. Por ejemplo, de ideas, donde los ganadores de unas cuatro o cinco propuestas recibirán logística municipal para hacerlas realidad.

También se rumorea que podría haber otro concurso de dichos o refranes familiares: las frases ganadoras podrían empapelar la ciudad. O de embellecimiento de cuadras: las que se pongan más lindas podrían eximirse por un año de la tasa municipal. Por ahora, sin embargo, no se trata más que de rumores.


A salir de los claustros
La UNR es otra que se suma a este tren. Para eso, avanza en conversaciones con la Municipalidad y la provincia para afinar una programación sintonizada con el Congreso de la Lengua.

Según adelantó Darío Maiorana, decano de Humanidades y coordinador de estas actividades por el Rectorado, se trabaja en la organización de teleconferencias de escritores y especialistas en la lengua (incluso, de personalidades no invitadas al congreso) abiertas para todo público. También, en la programación de conciertos de música española y la oferta de cinco cursos gratuitos para la comunidad que abordarán temáticas afines.

Además, desde la Universidad quieren editar textos breves de escritores rosarinos que, en cuadernillos, se sirvan en los bares junto al café, como gentileza de la casa. Las lenguas y literaturas indígenas del país también podrían formar parte del programa, con un encuentro en carpeta.

En cuanto a las instituciones culturales de la provincia en Rosario, además de cogestionar actividades con la Municipalidad y la Universidad, la única que ya tiene programación en marcha es el Museo Histórico Julio Marc. Allí irán tres importantes muestras.

Ellas son "Los mundos de Ramón Gómez de la Serna", con fotos, documentos, pinturas y gigantografías del escritor vanguardista que se exhibieron en el Reina Sofía de Madrid durante el 2002; un fondo bibliográfico del siglo XVI al XVII, con su respectivo catálogo, y "Vanguardias literarias del siglo XX", una exposición de libros, folletos y grabados que la Cancillería argentina organizará en el Marc.

Otro museo que ya tiene planeado un libreto especial es el Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino. En sus salas los visitantes podrán ver la muestra que recorre cien años del arte en la ciudad, "La sociedad de los artistas. Historia y debates en Rosario", y otra que exhibirá los grandes "hitos de la colección del museo", con dos platos fuertes de origen local: Antonio Berni y Lucio Fontana.

El resto de las instituciones de la ciudad, tanto públicas como privadas -centros culturales, bibliotecas, otros museos, medios de comunicación, librerías y hasta clubes-, también están armando programaciones especiales por el Congreso de la Lengua. Todos apuestan a no perder la ocasión de que Rosario se muestre al mundo como una ciudad con capital cultural propio. Y con un capital que, como la lengua, sea de todos.