| miércoles, 07 de enero de 2004 | Bombas contra la democracia Can Merey Kabul. - Una pequeña explosión atrajo a los curiosos, entonces estalló la gran bomba en Kandahar. Con esta táctica, los agresores querían obviamente causar un baño de sangre. Para ello no les importó que murieran niños. El domingo, la Loya Yirga, la gran asamblea, había aprobado una nueva Constitución para el país, haciendo crecer la esperanza de que se logre la paz en el Hindukush. El ejército atribuyó a "terroristas" el atentado en el antiguo bastión de los talibanes. Ya hayan sido rebeldes talibán, combatientes de Al Qaeda o cualquier otro grupo, los que pusieron la bomba de Kandahar que mató a los niños están claramente en contra del proceso de paz y democratización, que ha dado un gran paso con la aprobación de la Carta Magna.
Los rebeldes han dejado en claro que este tipo de éxitos en el proceso de paz no los detienen, sino que más bien los animan a luchar más denodadamente. Sus ataques han aumentado: desde agosto, en combates y atentados, sobre todo en el sur y el este de Afganistán, han muerto más de 400 personas.
Hasta un tercio del país está considerada ya como "no go areas", zonas en las que apenas es posible entrar. Una situación que preocupa en Afganistán, sobre todo en vista de las primeras elecciones libres que se piensan celebrar el próximo verano (boreal). Los rebeldes han llamado a la Jihad, la guerra santa, no sólo contra las tropas extranjeras, sino contra todos los que apoyen al gobierno afgano. "Esta gente daña el nombre de Jihad, afirmó el enviado especial de Naciones Unidas, Lajdar Brahimi, durante la aprobación de la Constitución por la Loya Yirga, muchos de cuyos delegados combatieron como mujaidines en la "guerra santa" contra la ocupación soviética. Brahimi llamó a la resistencia contra los rebeldes. En numerosas ocasiones ha advertido de que la situación de seguridad está empeorando.(DPA) enviar nota por e-mail | | |