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 domingo, 04 de enero de 2004

En profundidad. Exige libertad sindical
De Gennaro: "Es hora de que Kirchner le ponga el cascabel al gato"
El líder de la CTA cree que el principal desafío del presidente es mejorar la distribución de la riqueza

Rodolfo Montes / La Capital

Víctor De Gennaro es el líder de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA). Con mucho esfuerzo y paciencia se abrió camino a la par de la CGT oficial y la de Hugo Moyano. Después de años de retrocesos en la incidencia política, con pérdida constante de fuentes de trabajo, precarización, salarios en baja o congelados, los trabajadores sindicalizados vuelven a colocarse, de a poco, en una zona de trascendencia.

En el último lustro, una nueva clase ocupó el lugar de los obreros: los piqueteros. Pero ahora, y primera vez en años, la Argentina retomó la creación de empleo. Y todo indica que a más empleo, más discusión salarial y mayor pelea por las condiciones de trabajo. Las viejas cuestiones que estaban dormidas, o soslayadas por pánico a la exclusión, retoman la escena.

El Tano De Gennaro, en exclusiva con La Capital, cuenta por qué no es nada fácil la etapa que se viene: "Estos tipos, que detentan el poder concentrado desde hace más de 25 años, no están dispuestos a ceder ningún privilegio. Si por ellos fuera, trabajaríamos gratis", dice apasionado.

-¿Ya no lo acusan de vivir haciendo política?

-Por suerte hago política, construyo poder. Cuando Menem me acusó de eso, digo sí, tenía razón. Distinto es que sea candidato en alguna elección, cosa que no me planteo. La clave de mi trabajo está en fortalecer a la CTA llevar adelante un movimiento político, social y cultural que sea capaz de plantar un proyecto de país diferente, que salga de la crisis. Este trabajo es con un montón de sectores como Federación Agraria, pymes y otros.

-¿Qué cercanía o lejanía debería tener ese movimiento de Néstor Kirchner?

-En ese proyecto, todos los que se animen a construir una alternativa diferente tienen un lugar privilegiado. Por supuesto que también lo tiene el presidente, más aún con la expansión política que provoca su figura.

-¿Usted apoya a Kirchner?

-Valoro muchas decisiones políticas de este gobierno. Pero siento que, lamentablemente, la coalición con la que llegó al poder está llena de cómplices de la entrega y el saqueo que hubo en el país. Por eso no tenemos que perder de vista que nuestra orientación es construir fuerza política propia.

-¿La caída de la ley laboral por la revelaciones de Pontaquarto significa un cambio trascendente para el posicionamiento de los trabajadores?

-El proyecto de la UIA, la CGT y la Alianza fue muy repudiado por la sociedad. Y necesitó de la corrupción y la compra de los votos para ser aprobado. Es una ley nula por la corrupción, beneficia a los grupos económicos y es ineficaz para el pueblo. Por lo tanto debe modificarse. Es necesaria una nueva ley para mejorar las relaciones laborales, pero la generación de empleo va a depender de la política económica que cambie la actual distribución del ingreso en la Argentina. Está claro que plata hay, son 5 mil millones que los está pidiendo el FMI para los bancos.

-¿Cree que la actual política cambia la tendencia de la desocupación?

-Dar empleo es una decisión política y económica del gobierno. Por ahora el beneficio es para los exportadores y para el sector financiero, y no se resuelve el núcleo del drama argentino.

-¿Cómo evalúa la CTA estos 7 meses de Kirchner?

-La CTA planteó el reconocimiento a la política de derechos humanos que nos parece acertada y también a los cambios positivos que se ven en la Justicia. Por lo demás, alentamos la convergencia con los países sudamericanos como parece que se está encaminando el gobierno.

-¿Está todo bien?

-No, porque falta el verdadero cambio: modificar la matriz distributiva de la Argentina. Hay que ponerle el cascabel al gato. Es una inmoralidad que tengamos 9 millones de chicos menores de 18 años debajo de la línea de la pobreza. La Argentina tiene casi todo por hacer, sin embargo los desocupados suman casi 4 millones, es inaudito. Para modificar la matriz distributiva se necesita decisión política y económica: es un cambio cultural.

-La cultura del miedo a perder el trabajo.

-Los desocupados son la peor ley de flexibilización laboral. Sobre esa realidad se desarrolla la sobreocupación y la precarización. Sobre esa realidad resuena la fatídica frase de la patronal abusiva: "Si no te gusta, te vas".

-¿En este nuevo contexto político nacional, la CTA puede tener su despegue definitivo?

-No nos conformamos con la formalidad, queremos libertad y democracia sindical. Además necesitamos urgente una cláusula que obligue a que todos los convenios que firmen los sindicatos deban aprobarse sí o sí en asambleas abiertas de trabajadores. Para las firmas de los convenios no puede haber ningún tipo de delegación.

-¿Cree que el consenso político a favor de las privatizaciones, reducción del Estado y flexibilización laboral está definitivamente quebrado o puede resurgir?

-Para aprobar la ley laboral tuvieron que pagar coimas, no había consenso. Ya no estamos en los primeros momentos de la década de los noventa donde un gobierno de origen justicialista creó gran confusión con un discurso liberal y, ante la falta de alternativas, muchos compatriotas creyeron que estábamos en el camino del primer mundo. Hoy, la mayoría de la sociedad, pide que le vayan a otro con ese cuento. Los asalariados participan del 17% del total de recursos que genera el país, mientras que en 1974 tenían el 44% de la torta nacional. Los resultados en pobreza y exclusión están a la vista.

-Con Kirchner se estarían terminando algunos "clásicos" desprestigiados de la política. ¿Culminará también el gremialismo burocrático y empresarial de la CGT oficial?

-La opción de construir un sindicalismo empresarial o burocrático existe y existirá siempre. Pero no es para nosotros. Lo que sí se tiene que terminar es la inconstitucionalidad de las leyes que impiden la libre asociación sindical.

-¿Distintos sindicatos para una misma actividad?

-En el Estado, usted se puede afiliar a ATE, UPCN, otros sindicatos o ninguno. En cambio en la actividad privada esto está prohibido. Esta es la gran pelea de 2004, por la libertad y la democracia sindical.

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"Se tienen que terminar de una buena vez las trabas a la libre asociación sindical".

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