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 domingo, 04 de enero de 2004

Tras la buena performance, la actividad arranca 2004 con saldo positivo
La producción industrial creció un 17% durante el año pasado
Relevamientos oficiales y privados indican que el sector evolucionó 3% en diciembre respecto del mes anterior

La actividad industrial creció un tres por ciento durante diciembre pasado y acumuló una suba cercana al 17 por ciento en todo el año 2003, lo que genera buenas perspectivas para el año que comienza, según coincidieron fuentes oficiales y privadas.

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) tiene previsto difundir a mediados de enero las cifras del Estimador Mensual Industrial (EMI) correspondiente a diciembre, indicador que reflejará el mayor nivel de actividad generado por el proceso de sustitución de importaciones, el incremento de la construcción y de las ventas al exterior de las manufacturas industriales y agropecuarias.

Según una encuesta realizada por el Indec, el 56,3 por ciento de los empresarios consultados prevé un aumento de la demanda interna para 2004, contra sólo un 1,4 por ciento que anticipa una retracción.

Algo similar ocurre con las exportaciones, donde el 57,4 por ciento de los industriales estima que habrá una suba en sus ventas, contra solo un 4,4 por ciento que anticipa una merma.

Desde el sector privado, la consultora Ecolatina pronosticó que la producción industrial registrará en 2003 "un crecimiento anual del 16,6 por ciento" que la ubicaría en niveles anteriores a la devaluación.

"El crecimiento esperado en el consumo interno y las buenas perspectivas de los mercados internacionales permiten trazar favorables perspectivas para la actividad manufacturera" para este año, añadió en su informe el think tank que fundó el ahora ministro Roberto Lavagna.

El trabajo privado estimó que, con el repunte esperado para diciembre, "la producción se estará acercando a los niveles del año 2000, es decir antes de la crisis desatada por el derrumbe del esquema de tipo de cambio fijo".

Por su parte, el director de Política Macroeconómica, José Luis Maia, explicó que "en varios de los sectores donde la capacidad instalada está casi al máximo, se está verificando inversiones alentadas por los recursos de los propios empresarios" para continuar con esta expansión.

Según el propio Lavagna, existe todavía un umbral del 15 por ciento de crecimiento "entre lo que la economía tiene y lo que puede generar".

En ese contexto, el Ministerio de Trabajo informó que "el costo laboral por trabajador ocupado es el más bajo desde 1990" y que la productividad por trabajador ocupado "registra uno de los valores más altos desde comienzos de los 90".

Así lo señala el informe "Costos Laborales en la Argentina", un estudio del Ministerio de Trabajo que abarca el período 1990-2003.


La incidencia del costo laboral
Según este relevamiento, la incidencia del costo laboral en cada producto industrial es un 53,9 por ciento menor que el registrado en 1990 y un 61,7 por ciento inferior al de 1993.

En momentos en que se discute la derogación de la reforma laboral de 2000, sospechada por el eventual pago de sobornos y su sustitución por otras disposiciones laborales, el informe de Trabajo concluye que "no hay evidencias que permitan sostener la hipótesis instalada de que los costos laborales argentinos son mayores a los vigentes en otros países y que puede incentivarse la creación de empleo reduciéndolos".

El informe oficial ubica el mayor nivel de los costos laborales por unidad de producción en 1993 y a partir de ese momento hubo una sistemática reducción, debido a la disminución de los aportes patronales y a la mayor productividad.

Con la devaluación de comienzos de 2002 hubo una fuerte modificación de los precios relativos en beneficio de las ramas agroindustriales e industriales, mientras los salarios quedan rezagados con respecto a la inflación.

No obstante, la productividad laboral siguió cayendo por la intensidad de la recesión que golpeó gran parte de 2002.

Con el repunte de la actividad económica a partir junio del 2002, las cosas cambiaron porque los costos laborales pasaron a reducirse por la combinación de tres factores: mayor productividad, mejoras de precios y salarios rezagados.

Así, el informe de la cartera laboral atribuye esa disminución de costos a que los precios industriales subieron mucho más que los salarios y al "significativo incremento de la productividad por trabajador ocupado".

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El 56% de los industriales prevé aumento de la demanda interna.

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