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 domingo, 04 de enero de 2004

Antonio Margariti: "Hay que cambiar las reglas de la política"

El economista Antonio Margariti hizo un balance del 2003 para enmarcar las proyecciones del año que acaba de comenzar y enumeró las claves para que el crecimiento económico conseguido se sostenga y se afiance.

* El 2003 fue inesperado. Los pronósticos de los "expertos" eran catastróficos: hiperinflación, dólar por las nubes, caos social, derrumbe económico e inestabilidad política. Sin embargo, sucedió al revés: estabilidad, peso subvaluado, crecimiento económico y sobre todo cambio de humor social.

* No debemos ser arrogantes porque no fue mérito de los dirigentes. El milagro que renovó la esperanza en los hogares tiene dos artífices. Una parte corresponde a la enorme legión de gente que no reciben prebendas ni están prendidas de los planes oficiales. Ellos apretaron los dientes, siguieron trabajando, cumplieron con su deber y sólo pidieron que el Estado no los esquilme.

* La otra parte del milagro es un don recibido sin mérito propio consistente en: la baja de la tasa de interés mundial, la increíble cotización de la soja, la creciente suba de barril de petróleo que se exporta y la inesperada caída de precios en los productos importados. Dios ha vuelto a ser argentino.

Cómo mantener el crecimiento

* Para que en el 2004 se prolongue esta esperanza, la economía mantenga un crecimiento sostenido y no se vuelva a caer en los vicios populistas de los cincuenta ni en el mercantilismo frívolo de los noventa, es necesario decidirse a cambiar las reglas para hacer política, prestigiar las instituciones más desacreditadas como el Parlamento y la Justicia, recrear la disciplina industrial, brindar seguridad jurídica y personal, extirpar la cultura de la vagancia, capacitar laboralmente a millones de marginados y reformar el sistema impositivo premiando el ahorro, la inversión en el propio país y la creación de nuevas fuentes de trabajo.

* Entonces en lugar de hacer pronósticos oportunistas o lanzar estimaciones agoreras, hay que poner manos a la obra y comenzar a construir un futuro mejor para legar a las generaciones futuras un país digno de ser vivido. El escenario del 2004 no vendrá como maná caído del cielo. Deben construirlo los argentinos, con responsabilidad, humildad, inteligencia, espíritu de solidaridad, esfuerzo y superando los rencores y resentimientos del pasado. Es tiempo de construir y no de dividir. Es la hora de los capaces y no de los trepadores.

Economista

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