| domingo, 04 de enero de 2004 | Educación privatizada Escuelas privadas, privadas de dignidad. Ocultas bajo la fachada de coquetos edificios surgieron durante los años del menemismo empresas privadas "dedicadas a la educación", que vendían su paquete precarizando la mano de obra docente para asegurarse ingentes ganancias. Este es el caso de la Escuela General Savio. Quienes hemos trabajado allí fuimos testigos del meteórico crecimiento económico del matrimonio propietario, "los nuevos ricos de Fisherton": camioneta 4x4, socios del Jockey Club, una mansión. Mientras tanto a los docentes, que sosteníamos la escuela con nuestro trabajo, no se nos hacían aportes previsionales a pesar de que se nos descontaban todos los meses por recibo, ¿qué es esto sino un delito? Se nos pagaba con atraso, sobre todo los meses de verano cuando los alumnos-clientes no aportaban y la seriedad empresarial de los dueños no alcanzaba para preverlo; y, los últimos años, el atraso de 3 o 4 meses era una constante, con el agravante de no cobrar los aguinaldos. Este tipo de empresas privadas "educativas", surgidas de un sistema para el que todo se cotiza en el mercado, existen y siguen adelante con la anuencia del Estado provincial. ¿Por qué lo permiten?, ¿qué vinculaciones tienen que consiguen autorización para funcionar? Señores representantes, autoridades, legislen a favor del trabajo, a favor de la educación, a favor del pueblo que los eligió. Que la sociedad no tenga la sensación que abrir o cerrar una escuela es lo mismo que abrir o cerrar un kiosco.
Grupo de ex-docentes
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