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 sábado, 03 de enero de 2004

Un año de desafíos para la ganadería

Angel Girardi (*)

Sin querer entrar a hacer un pormenorizado balance del año que finaliza, no podemos obviar algunos hechos que siguen aletargando el despegue de nuestra ganadería nacional.

Increíblemente el porcentaje de destete sigue siendo bajo, al igual que el peso de faena.

El abigeato e inseguridad rural ha ido creciendo peligrosamente, sin tener solución a la fecha.

El desmanejo hídrico y mal uso del suelo sigue siendo moneda corriente, tal es así que llama la atención ver una explotación rotada convenientemente.

La voracidad e injusticias fiscal y tributaria no ha cesado. Todo lo contrario.

Desgraciadamente en materia sanitaria seguimos retrocediendo. Para los desmemoriados recordar el incidente de Tartagal, que nos sigue demorando la entrada a la cancha grande.

Las vacas polizonas siguen dando vuelta, pues todavía la trazabilidad no está organizada como debiera.

La tipificación de reses no está resuelta aún.

Y si fuera poco, seguimos con los mamarrachos de la Hilton, que nos pueden hacer no sólo perder lo que Santa Fe tiene bien ganado, sino que puede ser aún peor. Al ver los europeos las desprolijidades de funcionarios de turno, nos pueden hacer caer la cuota país. ¿Se darán cuenta estos señores de agricultura?. Tememos que no.

La aparición de BSE en Estados Unidos es un hecho malo para la ganadería mundial. Ellos son o eran los primeros importadores mundiales. Con este flagelo verán resentido su comercio interno e internacional y provocará una baja de los precios.

Los que crean que la vaca loca americana es una oportunidad para la Argentina en materia ganadera se equivocan feo.

Lo que sí tenemos que tener es alerta máxima y conservar la cordura de nuestras vacas. Los únicos locos son los hombres. Tengámoslo en cuenta y que en nuestro país prive la cordura.

Esto parecería un sinnúmero de quejas, no es así, es sólo los puntos que tenemos y debemos cambiar.

Como nieto de inmigrantes que soy, no quiero ser mañana abuelo de un emigrado, por ello como vivo y apuesto por y para el campo, quiero un 2004 con aumento de producción, con sanidad estable, permanente y confiable, todo individualizado, para así dar premios y castigos.

Es hora de volver a tener una corriente inmigratoria y lo único que debe emigrar de Argentina es producción con valor agregado. Argentina tiene con qué y puede y debe hacerlo.

(*) Presidente de Aprocaboa

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