Nacional Nº 1, el colegio que creció con Rosario

Un libro reúne la historia de la fundación y primeros años del establecimiento

Marcela Isaías / La Capital

La historia del Colegio Nacional Nº 1 Domingo Faustino Sarmiento de Rosario se escribe junto a la de la ciudad. Esa es una de las ideas que transmiten los autores de un libro que habla de los orígenes, fundación y primeros años de esta institución educativa que el año próximo cumplirá su 130º aniversario. La otra es mostrar un claro compromiso con la educación asumida desde los primeros días de clases. Jorge Colovini, actual director del Nacional, y Eduardo Carvalho, docente y autor de otro libro -"La inmigración toscana en la región de Rosario"-, son los productores de la crónica documentada que toma los inicios de una escuela que empezó sus clases con 235 alumnos y hoy suma 1.600.

El libro comenzó a gestarse cuando el colegio cumplió 125 años. Luego de un intenso trabajo que demandó tres años de búsqueda de datos, largas horas de investigación en documentaciones particulares, archivos públicos, y también en diarios que escribieron las crónicas de la época -entre ellos La Capital -, el libro "Colegio Nacional del Rosario" se presentó a la comunidad durante el ciclo lectivo que acaba de terminar.

Tal como señalan sus autores, las páginas se centran en los tiempos de Enrique Corona Martínez, el primer rector que tuvo el colegio y que permaneció en su cargo hasta 1880, cuando falleció. Los años inmediatos que vendrían después en este colegio se diferenciarían mucho del esplendor vivido durante los de su origen.

Colovini y Carvalho confiesan que asumir la escritura de la obra "fue casi una obligación con la historia de la escuela, también una manera de rendirles homenaje a muchos alumnos y profesores ilustres que pasaron por estas aulas". Entre ellos Elpidio González, Antonio Berni, Julio Vanzo, Ortiz Grognet, Lisandro de la Torre, Eudoro Díaz e Isidro Aliau.

Pero, además, la preocupación de los escritores se centra en testimoniar un período crucial para la educación. Para eso contaron la historia de cómo se origina la escuela en una ciudad -nombrada como tal por la Legislatura provincial, a instancias de Justo José de Urquiza, en 1852- que crecía bajo las consignas que marcaba el progreso de la época, pero que todavía no contaba con una escuela preparatoria (o secundaria) para los jóvenes.


Líneas de pensamiento
Es entonces cuando los docentes se detienen a destacar las figuras de Domingo Faustino Sarmiento y su ministro Nicolás Avellaneda. También a analizar las corrientes de pensamiento de la época que demandaban, ante la llegada de una masa de inmigrantes de importancia, pensar en la formación de una escuela que unificara, que forjara la idea de Nación.

En este contexto se lo nombra en 1874, días antes del ciclo lectivo fundacional, al primer rector: el español Enrique Corona Martínez. Según advierten los autores, bajo su rectoría el Nacional adquiere un desarrollo constante. Crece como institución pero además proyecta otras. Así incorpora a su establecimiento la primera Escuela de Derecho de Rosario, la Escuela de Comercio y la de Artes y Oficios. También la primera Escuela Normal, liderada por maestras norteamericanas, que hace escala en Rosario, queda bajo la dirección de Corona Martínez.

Según recuerdan los autores, al momento en que Rosario era reconocida oficialmente como ciudad era una aldea tranquila. Unos años más tarde, en 1858, un censo poblacional reconoce 9.785 habitantes; pocos años después, cuando el Colegio Nacional abre sus puertas (1874), la población alcanza el número de 30 mil. Por esos años, los rosarinos se trasladaban en tranvía a sangre por la zona urbana, el servicio de trenes se inaugura unos años antes que la escuela y por esa misma época se abren los teatros "El Olimpo" y "El litoral", y en 1872 se inaugura la primera biblioteca popular, que se ubicó en la intersección de Santa Fe y Buenos Aires. Cada uno de estos datos iban definiendo una fisonomía propia a la ciudad cargada de esfuerzo y progreso. De ella se contagiaría el Colegio Nacional.


Primeros días
La mirada de Colovini y Carvalho al escribir el libro es minuciosa. No ahorran detalles de datos y documentación que describen y permiten imaginar cómo era vivido el momento en que el colegio se fundó y empezó su tarea. Por eso no es casual que los autores citen, por ejemplo, las palabras que Corona Martínez dirigió al cuerpo docente el día -fecha fundacional-en que las clases empezaron, el 16 de julio de 1874: "... Me permito llamar la atención para rogarles que examinen los sistemas y estudien los métodos, unos y otros, más en armonía con el propósito de que la juventud adelante sin fatiga, tomando amor por el estudio en lugar de tedio: procurando desarrollar en los niños, no la memoria de las palabras, sino la de los juicios y raciocinios, para que adquieran sin esfuerzo conocimientos sólidos, claros y distintos".

En ese momento, el colegio reunía una matrícula inicial de 235 alumnos. De ellos, 118 eran de la escuela graduada (primaria) y 117 de los estudios preparatorios (secundarios). Un análisis de los planes de estudio de la época sorprende a los propios autores, que confiesan que "llevarlos a la práctica ahora -luego de una época de clara declinación en la calidad educativa- es impensable".

Colovini y Carvalho resaltan una y otra vez que pensar y producir el "Colegio Nacional de Rosario" fue una forma de preservar la memoria, pero también una puerta abierta para seguir profundizando en los años que siguieron en la institución. Y, además, contagiar a otras escuelas para escribir su propia historia.

Colovini y Carvalho, autores de "Colegio Nacional".