En Buenos Aires, uno de cada tres habitantes quiere irse del conurbano

A pesar de los mejores servicios, muchos quieren emigrar al interior bonaerense en busca de tranquilidad

Uno de cada tres habitantes del Gran Buenos Aires desea radicarse en el interior de la provincia porque cree que allí se vive mejor, de acuerdo con un estudio oficial difundido ayer.

El informe, denominado "El interior bonaerense: arraigo y pertenencia", reveló que el 25 por ciento de los habitantes del conurbano quiere irse de su ciudad, otro dos por ciento lo haría pero no se anima y un seis por ciento lo desea pero no puede.

El estudio, elaborado por la Fundación Banco Provincia, determinó además que el 22 por ciento no piensa en irse del conurbano "por ahora" y que el 44 por ciento no desea hacerlo nunca.

La principal razón esgrimida para explicar el deseo de una emigración es que en el interior de la provincia se vive mejor, aunque, paradójicamente, la mayoría sostuvo que en el Gran Buenos Aires los servicios funcionan más que en el resto de la provincia.

Los datos del informe oficial están en sintonía con el interés del gobernador Felipe Solá de repoblar el interior bonaerense, iniciativa que lleva adelante a través del programa Volver, destinado a desarrollar proyectos productivos en localidades de menos de 2mil habitantes.


Revertir la desurbanización
El plan apunta a revertir el proceso de desurbanización de las comunidades rurales para incentivar en las pequeñas poblaciones la cultura del arraigo y generar posibilidades de retorno a los que emigraron hacia las grandes urbes.

El informe reveló además que el 48 por ciento de los pobladores del interior consultados se mostró favorable a la inmigración, porcentaje que aumenta en las localidades de menos de 60 mil habitantes. Sostuvo además que una política que se proponga dirigir los movimientos de población hacia pequeñas localidades debe contemplar la descentralización gradual y efectiva de servicios para dar respuesta a las necesidades de educación, salud, vivienda y seguridad de sus pobladores.

Además se detalló que el objetivo prioritario de las migraciones deben ser los jóvenes que recientemente finalizaron sus estudios y que suelen estar ávidos de oportunidades para probar suerte en ciudades pequeñas y medianas, incluso en áreas rurales o semi rurales. En este punto se hizo mención también a que sus pretensiones salariales son relativamente modestas y que, con una inversión reducida, puede incentivarse a que fijen su residencia en el interior de la provincia.

El estudio hizo referencia además a que en el interior las condiciones habitacionales y sanitarias son más favorables que en el conurbano y que el nivel de escolaridad es mayor al del Gran Buenos Aires.

En cuanto a la pérdida de población de las zonas rurales, se consignó que mientras entre 1991 y 2001 la población de las localidades mayores de 2 mil habitantes creció un 11 por ciento, la rural disminuyó en un 14 por ciento, lo que significó 87 mil personas menos en el campo bonaerense. La principal merma en el medio rural es la que se operó en la población dispersa, es decir, la que vive en campo abierto.

El dato más impactante en este sentido consiste en el hecho de que la población rural actual es inferior a la censada en 1895, pese a haber crecido la provincia 15 veces en el último siglo.

Además, los datos comparativos arrojados por los censos Nacional Agropecuario 1988 y 2002 muestran para la provincia de Buenos Aires una disminución de alrededor del 32 por ciento en el número de explotaciones agropecuarias. (Télam)

Felipe Solá promueve poblar el campo.