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 miércoles, 17 de diciembre de 2003

Había más de 60 artefactos y sólo quedan 16
El robo de luminarias dejó a oscuras al parque Sunchales
Los ladrones se llevaron pantallas de aluminio, lámparas de mercurio y metros de cable

Eugenia Langone / La Capital

El parque Sunchales se quedó a oscuras. Es que de las más de 60 luminarias que había instalado la Municipalidad, sólo quedaron en funcionamiento 16. En una seguidilla de robos, los artefactos y las lamparitas desaparecieron, y sólo se ven los cables. Tampoco se salvaron los reflectores instalados sobre el césped. Los vecinos y los habitué de la zona aseguran que el sitio "es tierra de nadie" cuando llega la noche. Desde la Dirección de Alumbrado Público de la Municipalidad aseguran que "en poco tiempo más los artefactos sustraídos serán repuestos por otros menos accesibles a los ladrones".

Mientras se intenta revitalizar la zona con la apertura del nuevo Museo de Arte Contemporáneo en el ex silo Davis, el parque hace meses que sufre robos y actos de vandalismo. El propio director del Alumbrado Público, Jorge Nocino, admitió que "los robos comenzaron el año pasado, pero ahora ya quedan pocas luces".

A lo largo del predio hay dos tipos de luminarias. Las instaladas en la línea que da al río Paraná, que son columnas de las que originalmente colgaban pantallas de aluminio, y otras que son cilindros de acero con luces en el extremo superior que están distribuidas por todos los caminos interiores del parque. En ambos sectores hubo robos.

De las más de 60 luminarias que hay en total, sólo quedaron 16 completas. Los ladrones se llevaron tanto las lamparitas de mercurio como los artefactos de aluminio, y Alumbrado Público decidió desconectar las luces cilíndricas "para evitar accidentes".

Es más, las cajas de aluminio que contienen los cables de las columnas habían sido recubiertas de hormigón para evitar los robos. Pero el recaudo no fue suficiente porque destruyeron el hormigón y se llevaron tanto la caja como los cables del interior.

A metros de allí, sobre la barranca, viven más de siete familias de pescadores y aseguran que la zona durante la noche "es tierra de nadie".

"Esas dos columnas están funcionando porque las arreglé más de seis veces, estoy harto de echar a los ladrones a los gritos y a los palazos", se quejó Andrés Taganone, mientras señalaba ayer dos lámparas atadas con alambre.

Laura González, en cambio, camina siempre por el parque. "Cuando baja el sol, esto es un peligro", dijo.

El mismo Nocino advirtió que "nada se salva porque todo se vende rápidamente" y graficó: "Cada kilo de aluminio se comercializa a unos tres pesos".

Es por eso que la Municipalidad optó por no reponer las columnas que están sobre el río. "Vamos colocar estructuras más altas y más lejos del alcance de los ladrones", adelantó el director de Alumbrado Público, antes de señalar que existe una cadena de ilícitos. "Alguien los roba, otro los funde, un tercero los compra y hasta los exportan. Allí, en esa cadena, es donde hay que actuar para que esto se termine de una vez por todas", señaló.

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Los caños dejan ver los cables sueltos.

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