Con la nueva estructura el viejo perito mercantil y bachillerato fueron reemplazados por orientaciones en economía o humanidades. Aseguran que las técnicas fueron las más perjudicadas

Egresa la primera promoción del polimodal

El nivel se corresponde con los últimos tres años del viejo secundario. Santa Fe aplicó la ley federal al pie de la letra, aunque esto no fue sinónimo de transformación en las aulas

Marcela Isaías / La Capital

Tienen 17 años y en pocos días se convertirán en la primera promoción de estudiantes que egresan del polimodal, el ciclo implementado a partir de la ley federal de educación y que se extiende a lo largo de lo que eran los tres últimos años de la vieja escuela secundaria. Santa Fe es una de las provincias que siguió a rajatabla el desarrollo de la reforma educativa. Sin embargo, la aplicación de la norma al pie de la letra no es necesariamente sinónimo de transformación de lo que acontece en las aulas; por el contrario, las contradicciones y desconciertos ante el nuevo ciclo están a la orden del día.

  “Yo sé de economía, pero siento vergüenza cuando me preguntan de un tema de historia y no sé qué responder”, confiesa Roxana Drzazga, una alumna del ex Colegio Nacional Nº 1 que cursa el 3º año del polimodal, en la orientación de economía y gestión de las organizaciones. A la confesión de Roxana se suman las de otros alumnos: “Nosotras no vemos ni física, ni química ni matemática”, dicen Romina Roldán y Marina Jaime, que eligieron la modalidad de comunicación, arte y diseño, en el Colegio Madre Cabrini. Sebastián Garavelli de la Escuela Nº 432 Bernardino Rivadavia también agrega su opinión: “Pienso seguir agronomía, sin embargo me faltaron horas de química y fisica, ya que cursé el polimodal orientado a la economía y gestión de las organizaciones”.

  La aplicación del polimodal llegó al sistema educativo acompañado de un fuerte discurso innovador, apoyado en la meta de preparar a los alumnos hacia el mundo del trabajo, la participación ciudadana o los estudios superiores. Pero la realidad no siempre corrió por el mismo lado de los discursos, porque su llegada a las aulas se volvió en una especie de rompecabezas de nuevos espacios de aprendizaje que cada institución armó atendiendo a múltiples y particulares variables: la historia de cada escuela, pero también que ningún docente quedara sin sus horas cátedra, lo cual implicó para muchos reciclarse y por ejemplo, pasar a dictar “tecnología de control” (algo parecido a la computación), siendo docente de química. “Algunos profesores están confundidos, no saben bien para dónde apunta su materia y esa confusión la recibimos nosotros”, describe Sebastián Merayo, alumno del Colegio Nacional Nº1, para marcar otra gran ausente de este nivel y que es la capacitación de los profesores.

  Cuando se decidió la aplicación del polimodal en la provincia las escuelas secundarias debieron optar y acomodar sus ofertas a las modalidades contempladas por esta ley, que además de las ya mencionadas incluye las de ciencias naturales; humanidades y ciencias sociales, y producción de bienes y servicios. Con un agregado que fue la de los Trayectos Técnicos Profesionales (TTP), una oferta opcional que permite a los alumnos terminar con un título de técnico acorde a la modalidad elegida, con más horas de estudios.

  A la par de la confusión, también es real que se incorporaron nuevas formas de contactarse con el conocimiento, otros conceptos de aprendizajes, como los que atienden a los derechos, la solidaridad y la formación ciudadana. Para los chicos, lo novedoso resultó el lado práctico de lo aprendido. “Encarar microemprendimientos, por ejemplo”, apuntan Maite San Román y Luciana Blanco, de la Escuela Nº432. Pero con otro agregado cualitativo: “Que tuvieran una inserción, una mirada hacia la comunidad”, resaltó Sebastián del Nacional.








Reflexivos y críticos
Los primeros egresados del polimodal se recibirán en un momento en que abundan cifras y datos estadísticos que marcan distintos y nuevos desafíos para la escuela media como son la atención a la calidad. Por un lado, hay coincidencia en indicar que un 40% de los jóvenes argentinos que tiene entre 15 y 18 años no estudia ni trabaja (Unesco) y, por otro, que en los últimos 20 años la matrícula de estudiantes en la escuela media argentina se duplicó: pasó de tener 1,5 millón de alumnos a 3 millones (Flacso).

  Pero también que pese a la cobertura en aumento que alcanzó la vieja escuela secundaria —diseñada y pensada principalmente para atender a una élite que luego continuaba en la universidad y caracterizada por un fuerte carácter de exclusión— “todavía se aprecian fuertes déficit en materia de culminación efectiva del nivel: sólo un 45% de los jóvenes que hoy tienen entre 18 y 24 años alcanzó a completar el nivel medio”, tal como afirma el investigador de la Unesco Emilio Tenti Fanfani en un reciente estudio titulado “Escuela media para todos”.

  Más optimista, la directora provincial de Educación Media y Técnica de Santa Fe, Martha Mascaró, (ver aparte) señaló que este año egresarán entre un 8 y un 10 por ciento más de alumnos que en el anterior. Cabe recordar que según datos aportados por el sistema que lleva las estadísticas del sistema educativo provincial, conocido como Sigae, el año pasado egresaron 19.110 alumnos del nivel medio. La cifra, según se aclaró, corresponde al 77% de las escuelas medias santafesinas.

  Por otra parte, cabe destacar que el ciclo polimodal no es obligatorio por ley y sólo ha alcanzado este carácter en la provincia de Mendoza y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que no aplicó la ley federal pero que cuenta con escuela primaria y secundaria obligatorias. En Santa Fe, los intentos por hacer del polimodal un ciclo obligatorio todavía son un tema de debate.

  Muchos de los desafíos que giran en torno a la escuela media son acercados una y otra vez por los chicos a la charla. Reflexivos y críticos, los alumnos y alumnas invitados a dialogar sobre las fortalezas y virtudes del polimodal apuntan a viejos problemas y, no por viejos, menores. Entre ellos, la vinculación del estudio y el mundo del trabajo, y la orientación vocacional o profesional. Sobre esto reflexionan Bárbara Plenza y Romina Ré, a punto de egresar de la Técnica Nº 463 (ex Enet Nº 1), de la orientación en producción de bienes y servicios. La primera continuará estudiando educación física y Romina se inclina, por ahora, a convertirse en maestra jardinera. La charla descubre que, lejos de las orientaciones elegidas a lo largo de estos tres años, son excepcionales los casos de quienes siguen una carrera afín.

Tienen 17 años y son los primeros egresados.