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 domingo, 02 de noviembre de 2003

El dilema entre invertir o seguir con lo puesto
A pesar de trabajar al tope de su potencialidad, la industria todavía mira con escepticismo el mediano plazo

Empresarios, economistas y el propio gobierno nacional, coinciden en señalar que algunos sectores industriales que crecieron fuertemente al ritmo de la sustitución de importaciones tras la devaluación ya alcanzaron sus cotas máximas de producción o están a punto de arribar al tope de su capacidad instalada.

Esta situación despierta expectativas sobre la necesidad de llevar adelante nuevos procesos de inversiones para que la economía argentina continúe creciendo en el mediano y largo plazo.

Dentro de los rubros que se encuentran frente al dilema de apostar a futuro o seguir con lo puesto, varios de ellos tienen su peso específico en la región: maquinaria agrícola, metalmecánica, productores básicos de metales, entre otros.

Los industriales locales de estos sectores admiten que hoy están transitando por un desfiladero entre largarse a invertir con el temor a que la reactivación se desbarranque a mediano plazo, a un lado; o avanzar con el piloto automático pero cayendo en la participación de mercado ante productos importados si se sostiene la senda del crecimiento más allá de 2004.

La mayoría de las estas firmas hoy se encuentran trabajando a pleno, en muchos casos tienen compromisos asumidos hasta bien entrado el próximo año. Las firmas se ven obligadas a extender tiempos de entrega, y los plazos en algunos casos se extienden hasta los dos meses, como el de los metales básicos procesados (plegadores de chapa, entre otros). Esto a su vez retrasan al mismo tiempo los plazos a cumplir por parte de los fabricantes de maquinaria agrícola, por ejemplo.

Frente a esta situación, son numerosas las empresas que tienen proyectados planes de inversión, muchas de los cuales vienen postergados desde hace dos o tres años. Pero a excepción de los fabricantes de maquinaria agrícola que se lanzaron antes que el resto a la compra de plantas en desuso o a la construcción de nuevas instalaciones, son sólo las denominadas "grandes" del sector industrial las que comenzaron a desembolsar fondos para agrandar y eficientizar sus plantas.

Sipar (22 millones de dólares) construirá una planta para la fabricación de palanquilla; Acindar (30 millones) apuesta al mejoramiento de los niveles de productividad y para la certificación ISO 14000 (medioambiental) de sus procesos productivos.

También Basso, el fabricante de válvulas de Rafaela importó la maquinas de la fábrica que compró en Estados Unidos. Son sólo los ejemplos más destacados.

Son contados con los dedos de la mano los empresarios de menor envergadura de la región que encararon planes de inversión, pero algunos más son los que se lanzaron a comprar bienes de capital para ejecutar tareas puntuales. El panorama se completa con un grupo de firmas que apuntaron a restaurar maquinaria en desuso y con el escalón más bajo de quienes sólo se abocaron a multiplicar la producción a través de contratar a más personal.

En el rubro denominado de línea blanca, que incluye a fabricantes de freezer, heladeras y aire acondicionados, existen proyecciones de crecimiento del consumo a niveles de 2001, pero surgen otras dificultades a partir del ingreso de productos brasileños. El resto de los industriales admite que les queda poco margen para crecer sin inversión.

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