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 domingo, 02 de noviembre de 2003

Reportaje
Manuel Vicent: "En mis novelas hay una idea presente: la resucitación"

Santiago Ordoñez

El escritor y periodista español Manuel Vicent visitó BuenosAires para presentar su última novela, "Cuerpos sucesivos", una historia de amor entre una mujer joven que sueña con escapar a un amante que puede llevarla a la muerte y un hombre maduro que lucha contra su propia cobardía para salvarla.

"El amor es una de las pasiones que puede llevar a matar. Y

en esta historia se enfrentan la violencia, las navajas, pero sobretodo la poderosa arma de las palabras", comentó. En un hotel del centro porteño, el escritor se demoró en el relato de Ana, la protagonista de "Cuerpos sucesivos", atrapada en su relación con un violento pianista (Bogdan), "aunque sueña permanentemente con salvarse de él".

En tren de introducir sus personajes, Vincent describió también a David, "un catedrático fracasado que se enamora de ella, y cuyo objetivo es salvarla de las garras de este lobo con sus palabras, sus historias y sus viajes imaginarios".

En "Cuerpos sucesivos", el escritor profundiza un relato mucho más sórdido que el de algunas de sus novelas anteriores, "La novia de Matisse" y "Son de Mar", esta última, una historia que le valió el II premio Alfaguara de novela en 1999.

Nacido en Villavieja, Castellón, en 1936, Vincent cuenta con una vasta producción en la que figuran las novelas "Pascua y naranjas" (premio Alfagura 1966), "Balada de Caín" (premio Nadal) "Contra Paraíso", "A favor del placer" y "Tranvía a la Malvarrosa", adaptada al cine bajo la dirección de José Luis García Sánchez.

También es autor del libro de viajes "Por la ruta de la memoria"; de la recopilación de artículos "Las horas paganas" y "No pongas tus sucias manos sobre Mozart", ganadora del premio de periodismo González Ruano.

"En varias de mis novelas hay una idea que está presente, que refiere a la resucitación o a la aparición de una persona en otros cuerpos. Pienso que esto está ligado con mi historia personal _apuntó Vincent_, pues estuve en el otro lado, muerto, por decirlo de alguna manera, cuando era niño".

El autor relató que "a los seis años tuve un accidente en Villavieja y pasé tres o cuatro días en coma. Haber salido o regresado de ese estado me marcó mucho. En mi pueblo los féretros se hacían por encargo, no de un día para el otro y el médico que me atendía había dado la orden de que comenzaran a fabricarlo".

"Me pregunto por qué lo habrá hecho, por qué la prisa, ya que muchas personas están en coma muchos años", reflexionó el escritor para quien "este hecho me llevó a pensar mucho en la muerte". Luego precisó: "A partir de los cuidados y cariños que recibí, me sentí como una especie de héroes entre mis amigos, como aquel que regresa del otro lado".

El ejercicio de la escritura para Vincent, está regulado por lo general "por pautas de entrega", esto significa para el autor que "si The New York Times me dice que les envíe cuando quiera algún material que lo publicarán gustosos, jamás les llegará nada. Ahora, si me llaman del periódico de la parroquia de un pueblito y me dicen que pasado mañana las entregue una página, allí la tendrán".

"Lo mismo me ocurre con la columna de los domingos en el diario El País de Madrid: la escribo los viernes o los sábados. Y también con los libros: si no tuviera la fecha de la entrega no escribiría nada", aseguró.


Desazón cinematográfica
De las novelas del autor español, varias fueron llevadas al cine, como "Tranvía a la Malvarrosa" (1996), bajo la dirección de José Luis García Sánchez y con Liberto Rabal, Jorge Merino y Sergio Villanueva como protagonistas. Allí se describe la vida ciudadana de la Valencia de postguerra, cuando en la tristeza y las penurias del conflicto reciente se esconden el deseo vital por el futuro. Otro ejemplo es "Son de mar" (2001), con dirección de Bigas Luna y estelarizada por Jordi Mollá, Leonor Watling y Eduard Fernández. El filme se enmarca en la relación que se establece entre el amor, los regresos y la nostalgia, cuando un joven llega a una pequeña ciudad portuaria y es seducido por una bella mujer. Pero un día el hombre desaparece y cuando ella intenta olvidarlo casándose con otro galán, el primero reaparece complicando su vida y la de los demás.

Aunque toda esa referencia cinematográfica no sea del gusto actual de Vicent: "Antes el cine se nutría de la literatura _consideró_, pero ahora esta ecuación se invirtió, algo que no es bueno porque condiciona al escritor".

Antes de despedirse, sostuvo además que "son cada vez más raros los lectores meticulosos, aquellos que se toman el trabajo de avanzar después de las primeras páginas. Lo más común hoy es que se comience un libro y que, a las diez páginas, se comience otro. Así se da una superposición constante de libros".

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Vicent dijo que trabaja sólo con fecha de entrega.

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