Crítica

Tío Sam, democracia y censura

En su último libro el pensador Noam Chomsky reprueba a EEUU y a su presidente por ser "extremadamente fundamentalistas"

El cambio geopolítico en Asia, con Estados Unidos controlando la frontera con Irak, Siria y Arabia Saudita, la controvertida posguerra iraquí, el fracaso de la negociación entre Israel y los palestinos, y las secuelas del atentado a las Torres Gemelas son algunos que los ejes que aborda el pensador norteamericano Noam Chomsky en el libro de conversaciones "Noam Chomsky. Bush y los años del miedo"; con el periodista argentino Jorge Halperín.

  El autor de "La construcción del consenso";, considerado uno de los máximos intelectuales de la actualidad, es conocido por su activo cuestionamiento del poder y su lucha contra la globalización en Washington, una posición que le ha valido ser silenciado por la mayoría de los grandes medios de comunicación de su país.

  El libro, recientemente editado por la publicación Le Monde Diplomatique, reúne una serie de entrevistas en las que el lingüista analiza el escenario hegemónico del siglo XXI y el rol de Estados Unidos "como un artefacto extraño que es, a la vez, la mayor democracia del mundo que es gobernada por una elite autoritaria que desprecia la democracia".

  En la versión del intelectual, Estados Unidos despliega "un sistema de poder perverso que manipula a los ciudadanos y reúne a los dos grandes partidos, a las corporaciones, a una franja muy especial de abogados, al poder militar y también a los grandes medios de comunicación".

  "Estados Unidos lleva a cabo cierto tipo de terrorismo doméstico, pero principalmente su terrorismo está dirigido contra los demás. Es un gran estado terrorista a nivel internacional -sostiene Chomsky-. Es un país que tiene mucho miedo y los políticos inescrupulosos como los de la época de Reagan, que hoy vuelven a estar en el poder, saben muy bien cómo manipular los medios. Es la única manera de ejercer el control".

  Según precisa el ensayista en el transcurso de la conversación con Halperín, su país es "extremadamente fundamentalista" y en cuanto a Bush "pretende mostrarse como un cristiano renacido que se dirige a Dios todo el tiempo. En cualquier otro país, eso bastaría como justificativo suficiente para destituirlo del cargo, pero aquí se lo considera algo maravilloso".


Revolución neoliberal
En tiempos en que muchos analistas argentinos discuten las privatizaciones de los 90, Chomsky destaca que el verdadero objetivo de las privatizaciones en su país es cerrar otro de los grifos de la democracia y dejar que los servicios esenciales "sean manejados por verdaderos tiranos".

"La revolución neoliberal es básicamente un ataque a la democracia. Afecta a la economía, esto está claro, pero su elemento más importante es que afecta a la democracia. Todos los elementos están destinados a reducir la posibilidad de una participación democrática. De modo que el término «liberalización financiera» significa que las decisiones están en manos de los inversores", sostiene el lingüista.

"La población puede votar por lo que le dé la gana, pero la economía será destruida si a las instituciones financieras internacionales no les gusta su votación -analiza en la entrevista-. Las privatizaciones no tienen ninguna motivación económica, le permiten a un grupo de gangsters corruptos comprar activos estatales por poca plata. Pero sí tienen el efecto de reducir, de achicar, la arena pública".

Chomsky invita a pensar cómo se gobierna su país instalando miedo en toda la sociedad y llevando con ese ardid a que se desplace la insatisfacción general con las políticas conservadoras de Bush, con la misma matriz que ya aplicó Ronald Reagan un cuarto de siglo atrás.

El libro de Halperín incluye también una entrevista a Morris Halle, vecino y compañero de oficina de Chomsky en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), donde ambos investigan y dan clases.