El grito sagrado

Duendes campeón del Torneo del Interior

Pablo F. Mihal / Ovación

Saldó su deuda interior. Ante su gente y en su propia cancha. Duendes quebró una descarriada racha negativa con orgullo inquebrantable y con un equipo muy batallador y empezó a escribir su nueva historia. Se hizo fuerte en sus debilidades, utilizó el orden y el tackle para hacerse sentir y de esa forma pudo vencer a Cardenales de Tucumán 22 a 20 en la final del torneo del Interior adjudicándose así su primer título a nivel nacional.

Duendes tuvo todos los elementos para salir campeón. Paciencia, efectividad a la hora de traducir errores en puntos, inteligencia para volcar las situaciones a su favor y también contó con la cuota de suerte tan necesaria en partidos de estas características.

Desde el inicio el local mostró sus intenciones de protagonismo. Y lo consiguió, pero debió compartir ese rol ya que enfrente tuvo en Cardenales a un gran adversario que supo cómo complicarlo y más de una vez le causó dolores de cabeza. En líneas generales las acciones fueron muy parejas y el resultado se mantuvo incierto hasta que Rabuffetti, de correcto arbitraje, dijo basta.

Contrariamente a lo que podría preverse por tratarse de una final, el partido fue abierto desde el vamos. Lo que sí hubo fue muchos nervios (de ambos lados) y un sinfín de errores no forzados que muchas veces hicieron dilapidar situaciones de try inmejorables.

Si bien fue Duendes el encargado de abrir el marcador, Cardenales dejó bien en claro que no llegó a Rosario para ser un simple partenaire. Y de hecho hizo méritos para llevarse el título para Tucumán pero falló fundamentalmente en los metros finales, en la estocada. Con el scrum y el maul (una formación que manejó rayando la perfección) complicó al pack verdinegro que resistió estoicamente el oficio de su par tucumano en estos menesteres.

Más allá de que varias veces se vio superado, Duendes no se desesperó y cuando encontró los huecos los aprovechó bien. Fue en uno de esos intentos cuando Luciano Fachetti desarmó el orden defensivo tucumano y posibilitó que Pedro Escalante marcara el único try del ahora campeón.

Cardenales seguía apostando a su libreto y antes del cuarto de hora se puso a tiro. Después los pateadores devolvieron gentilezas y el partido fue perdiendo el ritmo inicial aunque seguía siendo muy equilibrado. Tanto fue así que un drop de Vallejo sentenció el 13 a 13 del primer parcial.

En el complemento la historia fue otra ya que Duendes tuvo viento a favor y por momentos lo supo utilizar. Un nuevo penal del fullback verdinegro posibilitó un cierto respiro pero no garantizó nada. Unos minutos después, Cardenales respondió con un try que se originó en su propio terreno. Así, por primera vez, la visita pasaba adelante en el marcador.

Más allá de cometer muchas imprecisiones (propias de una final) Duendes fue a jugar a campo contrario. Y como lo marca la lógica, en partidos muy parejos, la diferencia la establecen los pateadores. En ese rubro Román Miralles volvió a mostrar efectividad y completó su faena anotando dos penales (en total fueron cinco y una conversión) con los que se erigió como el goleador de la tarde y factor determinante del resultado.

Durante los últimos diez minutos Duendes puso de relieve su mayor preparación física. Cardenales se lanzó con más obligación que determinación. Aún así tuvo varias oportunidades para desnivelar. La más clara fue el último penal, que salió desviado y selló el resultado ya que no hubo tiempo para más. Duendes no sólo había ganado la batalla, sino la guerra y se colgaba con orgullo el cartel de ser el mejor equipo del interior del país.

Los hinchas de Duendes desatan el festejo.