Sin equivalencias

Newell's ganó con amplitud y va por Central

Fue 2 a 0 en La Plata, con goles de los colombianos Vásquez y Patiño

Alejandro Cachari / Ovación

Sin equivalencias. Newell's paseó por La Plata las enormes diferencias futbolísticas y de presupuesto que existen entre uno y otro equipo. No hubo partido. Apenas algunas situaciones de enredo cerca de Palos, porque el equipo rojinegro decidió que ya era suficiente cuando Patiño sacó un balazo impresionante a los 43 minutos del primer tiempo y estampó el 2-0. Allí se terminó el partido. Por suerte para los triperos, el equipo de Veira no jugó un gran cotejo. Para muestra basta un botón: si el rendimiento rojinegro de anoche se hubiera parecido al que tuvo frente a River en el Monumental el resultado hubiera alcanzado cifras siderales. Otro argumento: Rosada y Aguirre se transformaron en los jugadores más sólidos de Newell's a partir de que el equipo de Veira no fundamentó su estrategia en los futbolistas que mejor se relacionan con la pelota. Newell's ganó 2 a 0 en la cancha de Gimnasia después de 15 años, cortó una racha de 12 derrotas consecutivas y festejó el partido 600 del Bambino como entrenador llevándose para Rosario los tres puntos que vino a buscar al Bosque.

Los datos favorables abundan. Newell's volvió a prenderse, quedó a la expectativa de cualquier resultado que lo favorezca y espera el clásico con una sanitaria serenidad que le va a permitir trabajar sin presiones para el partido más importante del año.

La sensación siempre estuvo latente. Sólo era suficiente que Ñuls acertara el último pase para que se pusiera en ventaja. Apenas era necesario que tuviera síntomas de juego de conjunto para que doblara las endebles piernas de un destruido Gimnasia desde lo anímico y futbolístico. Lo mostró Mauro Rosales en el primer desborde, lo sugirió Vásquez a pesar de su falta de puntería, lo ratificó Bermúdez la única vez que fue a buscar en el área de enfrente. La lógica tardó 36 minutos en dar el presente. Desborde de Rosales, centro para Vásquez y toque del colombiano al palo derecho de Olave: 1-0.

Fueron suficientes 7 minutos más para entender que la expectativa por el resultado duraría mucho menos que 90 minutos. Un zapatazo cinematográfico de Patiño, que la clavó a media altura contra el palo derecho del pobre Olave, puso al equipo de Veira dos goles arriba y sentenció el partido.

El resto fue para cumplir con el reglamento. Ñuls hasta se aburrió en el campo de juego. Es más, por momentos se desconcentró y permitió que Gimnasia se pareciera a un equipo con pretensiones.

Las diferencias fueron enormes, por momentos apabullantes. Cada arranque de Patiño, cada corrida de Rosales, cada movimiento de Silvani, o del colombiano Vásquez desarticularon al pobre equipo de Gimnasia, que jamás le encontró la vuelta al juego. Quizá haya sido porque no estaba en condiciones de pelearle mano a mano a Newell's.

La victoria es trascendente. El triunfo era impostergable. Lo que era muy difícil de imaginar era que a los rojinegros les resultara tan sencillo dejar en el olvido la derrota ante San Lorenzo y esperar con otro semblante el clásico ante Central en casa.

Patiño festeja su gol, el segundo de Newell's.