Regresos esperados y rendimientos dispares

Luis Castro / Ovación

Se esperaba el ansiado retorno de todas las figuras. Veira se desvivía por poder tener el equipo completo. Las lesiones se lo venían impidiendo pero anoche se le pudo dar y Newell's alcanzó una victoria que trae calma y paz para trabajar con vistas al choque más importante de la ciudad. Más allá de esto los rendimientos individuales de las estrellas que anoche regresaron a la formación principal, llámense Jorge Bermúdez, Jairo Patiño y Walter Silvani, fueron disímiles.

Jorge Bermúdez: El Patrón impone en una cancha toda su experiencia, su jerarquía, ordena, manda y es el máximo referente del equipo. Es el que maneja los tiempos de un partido. Pero los casi tres cotejos en que estuvo ausente dejaron secuelas y su rendimiento futbolístico estuvo por debajo de lo que puede dar.

En lo que más Newell's lo supo aprovechar es en el juego aéreo -principal defecto del equipo del Bambino-, sobre todo en el complemento cuando el Lobo herido venía con más ímpetu que ideas hacia el arco de Palos. El capitán leproso estuvo falto de distancia y como consecuencia cometía faltas infantiles. Pero claro, hay que tener en cuenta que hacía muchos días que no jugaba un encuentro completo y eso se notó.

Jairo Patiño: El Viejo siempre cumple y saca ventaja. Cuando él juega su equipo se acopla y el rendimiento colectivo es el buscado por el entrenador. Lo logró en el primer tiempo cuando se convirtió en el armador y generador del fútbol y fue ahí cuando Newell's logró sacar enormes ventajas, no sólo en el tanteador sino en el andamiaje colectivo. Como para cerrar el primer capítulo, anotó un pedazo de gol, que hasta dejó obnubilados a los propios hinchas triperos.

Patiño sintió todo el esfuerzo hecho en los primeros 45' y en el complemento no gravitó. Por ende tampoco hubo un sucesor para que llevara la conducción de la lepra.

Walter Silvani: El Cuqui hizo lo de siempre y además es el trabajo que le pide el técnico. Atacar cuando se puede pero, sobre todo, ayudar en la recuperación de la pelota en el medio y hasta en defensa. Más allá de la falta de fútbol por la lesión que sufrió, estuvo incansable y fue la rueda de auxilio rojinegra. Dejó todo mientras el físico le aguantó, hasta que pasado el cuarto de hora debió ser sustituido porque no estaba para seguir al mismo ritmo.

Más allá de estos regresos, Newell's anoche mostró dos caras: una en el primer tiempo, donde estuvo contundente y superó con fútbol a un endeble Gimnasia, y otra en el complemento totalmente desdibujada que permitió que el rival se apoderara de la pelota y deambulara constantemente por las cercanías de Palos. Tuvo alguna chance para liquidarlo de contra pero careció de definición. Tal vez, como lo reconocieron algunos jugadores, la diferencia en el marcador los relajó demasiado.