| domingo, 12 de octubre de 2003 | La hinchada La fiesta se vivió en el tablón A pesar de los momentos vividos. Más allá de la cruel derrota en el Coloso frente al siempre clásico San Lorenzo, aproximadamente un millar de rojinegros se dio cita en 60 y 118 para acompañar al equipo del Bambino Veira y hacerle el aguante en la previa al clásico del próximo fin de semana ante los canallas.
Es que ellos todavía creen que es posible. Y quedó demostrado. Newell's, en la cancha, le dio la respuesta. Le ganó con comodidad a Gimnasia y volvió a instalarse en el lote de privilegio.
Como premio se llevaron la ofrenda del equipo que al final del partido se dirigió al codo, sólo reservado para los simpatizantes rojinegros, y saludó a los hinchas hasta que la ovación los dejó retirarse al vestuario.
La caravana de leprosos se instaló en la cancha de Gimnasia pasadas las 6 de la tarde e inmediatamente sacó ventajas sobre su rival, que, como buen anfitrión, comenzó a poblar su sector pasada la mitad del segundo tiempo del partido de reserva.
Ellos también recibieron el mensaje que les enviaba el partido desde la cancha y después del gol de Patiño empezaron a palpitar el clásico frente a Central jurando que los tres puntos se quedarán en el Coloso.
Antes, desde el pitazo inicial de Pompei, los rojinegros que llegaron a La Plata repletos de banderas jugaron su partido desde la tribuna. Como bonus track fueron protagonistas privilegiados del toque de Vásquez y del balazo de Patiño, ya que estaban ubicados a un costado, prácticamente a la altura de la línea de gol del arco que defendía el indefenso Olave.
El esfuerzo valió la pena, fueron el sostén de un equipo que llegó a La Plata en busca de su recuperación y que regresó a Rosario convencido de que se puede. enviar nota por e-mail | | |