Estudiantes gritó al principio y ganó el clásíco

Un tempranero gol del juvenil José Sosa y una idea mucho más clara de lo que quería fueron los escasos argumentos que le sirvieron a Estudiantes para quedarse con el clásico platense por un ajustado 1 a 0.

La actual pobreza de Estudiantes y las enormes carencias de Gimnasia se conjugaron para generar un clásico deslucido, con mucha lucha y pocas llegadas.

Estudiantes marcó las diferencias en el primer tiempo, mientras que Gimnasia insinuó una levantada en la primera mitad del complemento, pero su producción decayó notoriamente, más que nada en la parte física.

El equipo local arrancó con un mejor manejo de pelota y de esa manera marcó las diferencias en el juego y el marcador. Un buen trabajo de Gelabert y el juvenil Sosa, más el solidario y prolijo trabajo de Lux, hicieron que el equipo de Bilardo fuera un poco más que el devaluado Lobo.

Gimnasia enarboló la bandera de la voluntad y la precaución. Trató de luchar el partido en la zona media con mucha gente, y buscó siempre algún pelotazo salvador.

Esa fórmula ensayada por el equipo de Mario Gómez le dio algún rédito cuando el uruguayo Choy González, la figura del encuentro, buscó espacios detrás de las espaldas de los centrales pinchas, pero cuando no tuvo esa sorpresa el trabajo tripero se perdió en la intrascendencia.

La primera aproximación fue para Gimnasia, cuando Choy enfrentó a Docabo y su disparo displicente fue sacado sobre la raya por Cáceres. Pero a los nueve llegó el gol. La jugada se inició en una pelota que ganó Sosa, avanzó con una doble pared con Farías y Sosita apareció solo, a las espaldas de Licht y Goux, para definir con toque suave junto a un palo.

A partir de ahí, Estudiantes manejó el partido y, parado de contra, a punto estuvo de aumentar con una palomita de Maggiolo.

Luego Gimnasia, con más amor propio que ideas, y con un Choy inspirado puso en aprietos al arco de Docabo, pero lo del uruguayo no tuvo eco en sus compañeros. A los 8' del complemento un cabezazo de Choy fue neutralizado por Docabo de manera magistral y en el rebote Mandra se tragó el palo con pelota y todo.

Gimnasia tuvo la iniciativa hasta la mitad de esa etapa cuando demostró que las reservas físicas habían mermado notoriamente.

A partir de ahí, otra vez Estudiantes tomó el control del cotejo y así terminó el capítulo número 134 del clásico platense. Con Estudiantes festejando.

El equipo del Narigón Bilardo manda en La Plata.