La Esma del II Cuerpo

Desde afuera la casa parece una de las tantas fincas que se extienden por toda la geografía de Funes, pero adentro guarda una historia tenebrosa.

La Quinta de Funes, ubicada a la altura de la garita 13, fue una suerte de Esma del II Cuerpo de Ejército. Los jerarcas militares alquilaron el predio en 1977 para el confinamiento de militantes montoneros secuestrados. Leopoldo Galtieri (ya fallecido), por entonces jefe de la comandancia, no sólo la utilizó como un centro clandestino sino que también planeó la infiltración de esa organización política. El plan, sin embargo, quedó trunco por una denuncia de Tulio Valenzuela en la ciudad de México y significó la evacuación de los detenidos, quienes pasaron a engrosar la lista de desaparecidos.

Tras la denuncia de Valenzuela, todos los detenidos fueron llevados primero a la Escuela Magnasco (Ovidio Lagos y Zeballos) y luego, en febrero de 1978, trasladados a La Intermedia, un predio ubicado en la jurisdicción de la localidad de La Ribera, sobre la autopista Rosario-Santa Fe. Fue lo último que se supo del paradero de los secuestrados.

Sin embargo, en 1992, el ex agente de inteligencia Eduardo Constanzo afirmó en un reportaje a la revista Gente que unos 16 detenidos habían sido víctimas de los vuelos de la muerte. El militar, aludiendo a La Intermedia, dijo: "Yo estaba en el chalet. Esperaba que me trajeran los muertos para envolverlos en una frazada y cargarlos en un camión. Después había que transportarlos al aeropuerto de Fisherton para cargarlos en un (avión) Hércules y tirarlos en la bahía de Samborombón".

El 7 de mayo del 2000, cuando declaró ante el juez federal Omar Digerónimo, Constanzo sólo admitió haber frecuentado la Quinta de Funes entre los años 77 y 78, y negó sus declaraciones anteriores.

La historia de la Quinta de Funes fue reconstruida gracias al testimonio de Jaime Dri (el único sobreviviente) recogido en el libro "Recuerdos de la Muerte", de Miguel Bonasso, y en el juicio a los juntas militares.

En la quinta estuvieron detenidos, entre otros, Pedro Retamar, Oscar Daniel Capella, Ana María Gurmendi, Carlos Laluf, María Marta Benasi, Jorge Novillo, Raquel María Negro (embarazada y con su hijo Sebastián), Tulio Valenzuela, Reyna Lloveras, Carmen Liliana Nahs de Bruzzone, Graciela Busaniche, Estela Hilbrand de Delrosso, Teresa Sonia de Sklater, Miguel Angel Tosetti, María Marta Forestello, Alberto Barber Caixal, Eduardo Tonioli y Fernando Dante Dussex. Los familiares de estos dos últimos son los que ahora están motorizando el proceso penal contra los ex comandantes del II Cuerpo de Ejército, entre los que se encuentran Ramón Genaro Díaz Bessone y Juan Carlos Trimarco como los principales implicados.