| domingo, 05 de octubre de 2003 | ¿Te acordás, hermano?: Pedro Miguel Poy, de Tiro y al arco El ex arquero fue campeón en el 51 pero no se olvida de su amor por Argentino Javier Parenti / Ovación Custodió los tres palos del campeón. De aquel Tiro Federal que en 1951 logró el título en la segunda división de ascenso de AFA, aquel torneo de Primera C en el que dejó atrás nada menos que a charrúas y salaítos para regresar a la B, o como entonces se llamaba primera de ascenso. Todavía no existía el número en la camiseta en nuestro país pero Pedro Miguel Poy era el 1 tirolense. Tenía 23 años y un gran futuro, por eso fue el dueño del arco hasta aquella amarga tarde del 4 de julio del 53 en la que debió decirle adiós a su etapa de futbolista.
"Jugábamos contra Central Córdoba y faltaba poco para terminar el primer tiempo. Había un córner para ellos y cuando salté a buscar la pelota sentí el golpe justo en la pierna derecha. Fue una jugada desafortunada y el que me lesionó fue nada menos que Vicente Capote De la Mata", contó Pedro detallando que fue "en el arco que daba al norte, en 27 de Febrero y Moreno".
Claro que esto fue lo malo. Sin embargo, también disfrutó de las mieles del éxito futbolístico. En el ascenso, con el subcampeonato del 50 y ese título del año siguiente, en el que formó parte del equipo que recita de memoria, aunque por ahí existe alguna lagunita: "Poy; Montero y Zanazzi; García, Villagra y Lorenzo; Montes, Picicello, Pinaca, Di Mateo y Sapietro".
Este equipo se aseguró el ascenso el 20 de octubre "en cancha de Argentinos Juniors ante Sportivo Morón, al que le ganamos 2 a 1", recuerda don Pedro sobre aquel cotejo y que los diarios de la época reflejan que ese día hubo un cambio ya que jugó Martini en lugar de Di Mateo y que los goles fueron obra de Picicello y Pinaca.
El paso del tiempo, ya más de 50 años, hace que algunas perlitas se olviden, pero el corazón devuelve imágenes que ilustran sus vivencias. "Salí arquero como mi hermano José (jugó en las primeras de Central, Banfield y San Pablo de Brasil, donde falleció en el 96), en cambio mi papá (José) fue centrofoguar en el viejo Nacional -en el equipo de los frisones-, por eso además soy hincha de Argentino", explica y se extiende en el concepto al decir que "desde chico jugaba en Sparta, cuando la cancha estaba en lo que hoy es Pami II, porque vivía ahí cerquita, y en la canchita de la escuela Boneo, donde estudiaba. Pero a los 13 años empecé a jugar para los salaítos, en la vieja cancha de Gorriti e Iguazú, aquella que estaba pegada a la de Tiro Federal, al punto que se chocaban las tribunas".
"En Argentino no tuve lugar porque en primera jugaba la Chancha Di Marco y éramos como 4 arqueros, entonces (en 1949) pasé a Tiro Federal, que se había mudado a la nueva cancha de 27 de Febrero y Moreno, al lado del tanque, ahí donde salimos campeones" repasa Poy, el primo hermano del famoso Aldo Pedro.
Y enseguida se casó con su inseparable compañera Edit, que desde el 47 "me acompañaba a todas las canchas", cuenta Pedro desde sus 75 años, antes de agregar que "a mi cumpleaños lo festejan todos. Es que nací el 31 de diciembre, en 1927".
Pero su amor por el fútbol pudo más que la lesión, por eso primero probó "como técnico en 9 de Julio de Arequito (salimos campeones), San Jerónimo, Carcarañá y en San Martín de Carlos Pellegrini". Y como el peso hacía falta, a la vez que continuó trabajando como encargado de la planta de oxígeno en el ferrocarril, abrazó el arbitraje, en el que cumplió una gran trayectoria por las canchas de toda Santa Fe y del país. "Era recto pero muy pocas veces tuve que expulsar a algún jugador. Antes de cada partido les decía: «acá venimos a jugar, a ganarnos un peso y no a pegar patadas, el que no entiende se va y le doy 10 fechas»", comenta mientras se toca el bigotito de pocas líneas que usa desde siempre.
Hoy Pedro Poy vive en su cómoda casa de barrio Sarmiento, ahí cerquita del club de sus amores. De su Argentino, al que ayudó a crecer porque colaboró consiguiendo "los tablones para la tribuna visitante y haciendo crecer el polideportivo, que es un orgullo para mi", como lo son sus hijos Oscar y María del Carmen y sus cinco nietos.
Sí, está bien. Habla de Argentino pero futbolísticamente quedó en la historia de Tiro. "Mi segunda casa. Como no reconocerlo. Pasé momentos maravillosos defendiendo sus colores y tuve la fortuna de formar parte del equipo que se consagró campeón de AFA. Un gran orgullo de pocos". l enviar nota por e-mail | | Fotos | | Poy tuvo que dejar el fútbol por una lesión. | | |