Educación: Escuela de arte, escuela de vida

Marcela Isaías / La Capital

Un grupo de chicos ensaya lo que promete ser una obra de teatro: discuten qué trajes usar, eligen la música y hasta intentan ponerse de acuerdo sobre el papel que tomará cada uno. En otra sala hay lugar para una sevillana interpretada por un grupo de adolescentes, lo hacen como para despertar la envidia entre quienes alguna vez se animaron a un paso de baile español. En una sala impecable, rodeada de espejos, un grupo de niñas más pequeñas sigue la música que le indica un pianista y hace sus primeras incursiones por la danza clásica. Más hacia la noche llegarán los grupos de adultos para participar de distintos talleres que también tienen una misma meta: expresarse. Todo esto sucede a diario en la Escuela Municipal de Danzas y Arte Escénico Ernesto de Larrechea, ubicada en Santa Fe 1712.

Al año ingresan a esta escuela 120 chicos, en su gran mayoría mujeres, con los seis años cumplidos. A las clases de danzas (no sólo clásica) se suman las de teatro y de otras expresiones artísticas; porque, en definitiva, según señala la directora de la escuela, Silvia Tani, "lo que se busca es aprender a expresarse, a comunicarse". En todos los casos la enseñanza está a cargo de profesores de trayectoria, muchos egresados de la escuela.

El espacio de aprendizaje es cuidado, apropiado para el tipo de enseñanza que se propone, que procura además que sus alumnos aprendan a gestionar sus producciones expresivas; esto es no sólo representar un baile, sino pensar en la iluminación, la dirección y hasta la escenografía necesaria. Un grupo de chicos, que tienen entre 9 y 10 años y aprenden teatro en uno de los talleres, lo explican a su manera: "Primero nos ponemos de acuerdo en qué papel queremos hacer, vamos discutiendo el argumento y después armamos la obra", sintetiza una de las nenas. A esa obra, que dura 7 minutos, la llamaron "Entre robos y problemas". Cuando se les pregunta sobre qué trata, contestan sin mayores explicaciones: "De nada de otro mundo, de lo mismo que preocupa a cualquier persona por estos días".


También para adultos
La Escuela Larrechea también destina un importante espacio -en horarios vespertinos y nocturnos- a los jóvenes y adultos (que van desde los 15 hasta más de 70 años), con clases de danza moderna, jazz, contemporánea, clásica, yoga, folclore, tango y teatro. "Se trata de hacer realidad la idea de que no hay edad cuando existen los deseos artísticos", dice Silvia Tani. Otras opciones para los adultos son los talleres y clases que dicta "Utopías", la Universidad para la Tercera Edad, en este caso por la mañana.

La Escuela Municipal lanzó recientemente su revista "Duende". Es mensual, de distribución gratuita y está destinada a difundir la tarea de la institución. A esta publicación se suma la página web: www.escuelarrechea.com.ar, con igual estilo de información que la revista. Una y otra completan la actividad expresiva de la escuela.

Unos 1.000 alumnos circulan al año entre clases y talleres de todas las edades. Quienes completan los once años de estudio desde muy chicos, cuando egresan -entre los 16 y 17 años- lo hacen como idóneos en la materia. La institución -que depende de la Municipalidad de Rosario- se sostiene además con el aporte que los alumnos hacen a su cooperadora, una ínfima cuota que sirve para solventar, entre otros gastos, los espectáculos que producen.

La Escuela de Danzas fue fundada el 3 de junio de 1925 por Ernesto Larrechea. Sus primeras clases se dieron en el Jardín de Niños del Parque Independencia, luego pasó al Mercado Central, de allí a Santa Fe 625, para llegar al 1712 de esa misma calle. Desde entonces sus clases tienen como meta seguir la idea de su fundador: hacer de ella "una escuela de vida, antes que de arte".